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30 de septiembre de 2018

Malecón en Puerto Cayo: una obra con más dudas que respuestas

Muy pocas veces los funcionarios pueden afrontar las críticas ciudadanas y menos aún cuando están sentados a menos de dos metros de sus votantes; lo viví en ese artilugio constitucional llamado "sociabilización" del proyecto de malecón para Puerto Cayo.

Como antecedente a esta crónica en otra entrada enumero algunos problemas que inicialmente se platearon: 1.3 millones para arreglar una mínima parte.

Tal como ocurre generalmente en la zona rural, las "autoridades municipales" llegaron con más de media hora de retraso a la cita para comentarnos sobre lo que tenían previsto para los arreglos de una vía en este destino de sol y playa. Claro, el nombre legal es mucho más ilusionador: "Regeneración del malecón de la parroquia Puerto Cayo del cantón Jipijapa provincia de Manabí".

Una primera aclaración: la regeneración de una obra pública implica, por definición, que es una "compleja combinación de factores sociales, económicos, ambientales y de actividades de planificación y gestión", pero nada de eso contempla el proyecto y nada de eso se nos explicó en la reunión mantenida el jueves 28 de septiembre de 2018 entre ciudadanos de esta zona con el Alcalde y otros funcionarios municipales.

Como es costumbre, luego de las palabras emotivas iniciales, el Director de Planificación de la municipalidad Félix Fuentes dio detalles constructivos basados en unas imágenes de tal como se podría ver la obra cuando finalice luego de 270 días de ejecución; también nos mostró un cuadro apenas visible de las fuentes de financiamiento y de gastos proyectados. Entonces llegó el momento de las preguntas ciudadanas.

A esta convocatoria asistimos miembros de la junta de vecinos de la Cdla. Antonio de Vallejo, lugar en que está asentado el actual malecón, además de pescadores artesanales, dueños de restaurantes asentados sobre la playa, empresarios y demás ciudadanos que tienen su vida y sus actividades en esta parroquia rural.

La primera inquietud estuvo en el marco de porqué esta obra y no otras de mayor importancia relacionada con los servicios básicos; el argumento institucional fue que se gestionó por mucho tiempo ante el Gobierno y el Banco del Estado. Una respuesta que se mantuvo a lo largo de las casi tres horas que duró este evento institucional.

Francisco Parrales, Patricia Mácias,
Teodoro Andrade y Olmedo Chilán.
No faltó la asesoría en voz baja que desde el lugar que ocupaba de la concejal Patricia Macías.

Cuando empezaron a llegar las preguntas que apuntaban el Director de Planificación y sin tener mayor capacidad de respuesta, fue presentado el representante de la empresa que ejecutará la obra: Cristóbal Obando, como rostro visible del recientemente formado Consorcio Obando Parrales.

El mencionado ingeniero es un conocido contratista unipersonal de Jipijapa y que esta vez decidió buscar la adjudicación de la obra en conjunto con otro profesional; no existen rastros que permitan verificar la capacidad operativa de esta empresa para ejecutar esta regeneración; que tampoco fue informada en la "sociabilización".

Entonces se hizo público otro problema: aún no estaba firmado en contrato para la ejecución de esta obra debido a que la entidad pública que financia la obra recién estaba revisando la documentación de soporte luego de la correspondiente adjudicación; más de tres veces se insistió en la pregunta sobre este tema y la respuesta también fue siempre la misma: que no hay inconvenientes y que ya es un hecho consumado. (Palabra de alcalde).

El contratista mostró su interés y apuro por empezar la obra que anunció el inicio de los trabajos para el lunes 1 de octubre de 2018 a pesar que no se firme el contrato.

Las preguntas y comentarios de los ciudadanos recorrían el estrecho lugar casi como rumores constantes, el contratista no atinada a quien contestar, hasta que nuevamente empezaron las explicaciones en voz alta y las voces se acarraron; supimos que la municipalidad no tenía previsto ejecutar ninguna obra adicional de apoyo, como alcantarillado, pavimentación, de mejoramiento de servicios públicos municipales o de actividades relacionada con el fortalecimiento social o turístico.

A cada pregunta que se lograba filtrar las respuestas daban origen a nuevos problemas, tal fue el caso de lo que significa derrocar lo existente en el actual malecón; se nos informó que tenían previsto de que al menos unos 300 a 400 viajes de volquetas; la ciudadela tiene una sola entrada que está en mal estado y para llegar a ella o es por un puente de igual manera (ver vídeo) o por una calle en una loma que nunca fue planificada ni arreglada para esa cantidad y calidad tráfico.

Tampoco tenían previsto el sitio para el desalojo de ese material.

Cristóbal Obando
Los pescadores pidieron explicaciones sobre la organización de sus lanchas en los lugares destinados para colocar una caminaderas de madera sobre la playa, sobre las previsiones de movilización para llevar los atavíos de pesca hacia el lugar de zarpe y la operación posterior a la jornada de pesca. No hubo respuestas solo un pedido para organizar una reunión entre contratista y pescadores.

No hubo olvidos en cuanto a las cabañas que están al borde de la playa y su situación operativa, pero apenas se dijo que se regularía con alguna intervención municipal y, claro, tampoco se mencionó la situación de las infraestructuras de los baños y de facilidades turísticas.

Estuvo previsto que se informara que no había rubros para el mantenimiento de la obra y se cumplió. Tal vez ocurra como la torre salvavidas que fue entregada con bombos y platillos, ahora ya no existe.

Cuando la agitación ciudadana fue creciendo, llegó intempestivamente el discurso político de cierre y no lo hizo el Alcalde, no lo hizo el contratista, fue del concejal rural electo por Alianza PAIS Olmedo Chilan. Explicar lo que dijo sería inoficioso para esta crónica pero bien vale la pena escuchar su intervención para sacar conclusiones personales:




Y así fue como las casi tres horas de preguntas y medias respuestas, de anuncios políticos emotivos y malestar ciudadano, se cumplió un "requisito" establecido en la ley sin que importen los resultados ni se expongan las conclusiones.

Como junta de vecinos de la Cdla. Antonio de Vallejo, nos quedamos con otras preguntas que no alcanzamos a exponerlas, pero que serán remitidas por escrito: ¿Cómo trabajarán en la transparencia por el uso de los recursos financieros? ¿Que tipo de materiales usarán para que la salinidad no afecte en el corto plazo? ¿Cuál es el plan de seguridad y contingencias que tiene el contratista? ¿Cuáles serán las regulaciones para uso de los espacios comerciales previstos? ¿Cómo aplicarán las acciones de remediación post trabajos?

Esta crónica no tiene un final, pero mientras tanto queda un vídeo de cómo esta actualmente la parte norte del malecón en la ciudadela:






17 de septiembre de 2018

El futuro que nos contó Andrew Ruch en 1999

Fue publicada en 1966 pero empieza la narración en 1999, lunes 9 de agosto para ser más exactos, teniendo a Nueva York como escenario. Es la novela que puso en alerta al mundo los problemas de la sobrepoblación y con titulo poco convencional: Make Room! Make Room!

Harry Harrison
A lo largo de la descripción apocalítica, Harry Harrison cuenta la historia del policía Andrew Ruch, el viejo Sol, junto a un oriental llamado Billy Chung; en la parte femenina es la señorita Shirl, atractiva y cargando a cuestas su pareja de apellido Obrien hasta que es asesinado.

En su caminar muestran lo que es una ciudad con 35 millones de habitantes, con alimento y agua escasos, y un sistema que obliga a realizar ciertos trucos para poder comer bien. Es un estilo de vida en que el crimen rodeaba a lo social, con lujos gastronómicos que apenas algún grupo influyente podía darse. Un buen baño era uno de esos.

Durante algunas horas la lectura me llevó por intrincados caminos para mostrarme un mundo que a este 2018, lo veo como mucho más cercano y me pregunto cómo es que aquel escritor pudo mirar lo que ya está pasando - aunque en menor escala- y las consecuencias de haber agotado/matado los recursos naturales.

Claro, como no puede ser de otra manera, estos problemas sociales tienen sus raíces en las políticas públicas y en los párrafos se dejan entrever las decisiones que toma el Gobierno para enfrentar las situaciones conflictivas y que empiezan a impactar en la gente, a generar un síndrome de "matar o morir", a pesar que para contrarrestar la reacción ciudadana la policía debe sobreponerse a las mismas limitaciones.

Y claro, el desastre es evidente y con tanta hambre, sed y violencia, la ciudad entra en la espiral de reclamos; pero en qué se parece a este 2018: los mismos que eligen a sus gobernantes los reprochan por sus ineptitudes, pero cuando ya la situación es insostenible.

Mientras las conversaciones relatan lo que se viven esa ciudad, no puedo dejar de pensar en la economía, en esa ciencia social que nos orienta en la administración de recursos pero que los gobernantes la toman según las conveniencias del poder y la propaganda que hace nos traguemos esas piedras de molino con la ayuda de la represión policial.

Pero también leo, entre líneas, lo que ocurre cuando la producción agropecuaria se desvanece porque se cree que hay suficiente alimento al ver solamente los supermercados llenos y la gente negociando comida en cualquier esquina.

¿2019? Superpoblación y el gran enfrentamiento por los aspectos legales - morales del aborto; superpoblación y los avances médicos para cada día alargar la vida de las personas. La historia termina informando que el nuevo siglo empieza con 344 millones de habitantes solo en Estados Unidos.

Si lo que intentó en su momento Harrison es publicar una novela de ciencia ficción, a esta alturas del Siglo XXI ya no existe ese problema original de la sobrepoblación en la mesa del debate, lo que ahora discutimos es el dilema moral que si debemos vivir en hacinamiento o empezar un ferrero control de la natalidad, todo porque probablemente pronto nos quedemos sin comida y sin agua.

Cada personal que comparta la vida de Andrew Ruch sabrá a qué atenerse.

13 de septiembre de 2018

Crónica política: arte de romper el cerco legal del periodismo

En tiempos de alta velocidad informativa hace falta más periodismo, más análisis de los temas que impactan a la sociedad. Ya no es suficiente la noticia mediática.

Esta fue una de las conclusiones a las que llegué durante el taller sobre ¿Cómo se escribe una crónica política? Además me permitió entender la necesidad que existe para contar el fondo y los detalles de un hecho en que los protagonistas son los funcionarios.

Los conocimientos proporcionados por María Sol Borja, editora asociada de GK, tuvo como pilotes a los escenarios de los personajes públicos y los detalles de su accionar, en saber reconocer los detalles que no son parte de la noticia pero dan pauta para descubrir otras noticias y también las intenciones-gustos al momento de sentarse a redactar lo obtenido de una cobertura.

Y es justamente ese último pilar el punto de partida: en este campo del periodismo no se hacen coberturas para la inmediatez, no es un producto de la reportería, ni para contar urgente el hecho a través de las redes sociales virtuales. La cobertura para escribir una crónica política requiere de resistencia y tolerancia.

El otro de los argumentos: ¿Qué tienen que ver los gustos y las intenciones en esta actividad? Las afinidades y desavenencias políticas del cronista marca la manera en que escribirá y la percepción que tengan los lectores sobre la intención del escrito; los gustos: se nos dijo a los asistentes que en lo posible debemos centrarnos en aquellos temas en los que estamos seguros es nuestro norte literario (hasta que asome otro).

Justo es la otra parte: en este tipo de informaciones es posible darnos ciertas licencias argumentativas que en la redacción periodística actual se "nos tiene prohibido" y están sujetas a lo que dictaminan las leyes elaboradas por los políticos. (Tal vez por eso las hicieron).

Gracias a una narrativa al detalle es posible conocer los entretelones que la noticia necesitó pasar por alto o que por línea editorial puede considerarse como un "tema gastado" o sujeto a restricciones legales.

¿Pero que hay de la velocidad para presentar el texto producto de la cobertura? Ni tan pronto como en la noticia ni tan lejano como una novela, pero hay una condición que es el otro pilar: resistencia y tolerancia.

Aquí es, cuando se nos dijo las características de quien escribe este tipo de notas y que yo lo interprete como que la cobertura es como entrar a una mina a buscar oro, hay estar allí y escarbar en palabras, hechos, acciones, actitudes... hasta que de repente se encuentre la veta para seguirla, para ir discriminando la simple roca de lo que será ese metal precioso que servirá para la redactar.

Visto así es el propio minero el que se convierte en joyero.

La construcción de "la joya" requiere de saber el contexto del escenario de hecho político, así como de los personajes principales, secundarios o tal vez de uno de los extras que pasan inadvertidos; algo así como como: no mire a donde todos miran.

Esa fue la explicación de Sol Borja y nos recomendó que se requiere tener mucha perspicacia para encontrar los "hilos" que podrían ser los que junta los escenarios con los personajes y que es allí cuando se está al frente de una crónica política que revela un problema o permite prever un problema.

Fueron casi cinco horas de una continua charla entre nosotros los participantes y María Sol Borja, no tuvo la tradicional metodología de enseñanza de un profesos a sus alumnos; asistí a las reflexiones en alta voz que hace el maestro sobre sus propias acciones para que se conviertan en direccionamientos.

Sol Borja y algunos de los participantes en el taller sobre
redacción de crónicas políticas.
En mis cavilaciones sobre el intercambio de opiniones, criterios, puntos de vista, bromas, recomendaciones y experiencias de aquel sábado por la mañana, llegué a la conclusión que si se quiere recuperar al periodismo es necesario diferenciarlo técnica y metodológicamente de la reportería.

Aunque no lo comenté en ese momento, mientras escuchaba las intervenciones de cada uno de quienes estuvimos en ese taller, se mantuvo en mi mente una de las recomendaciones de Daniel Coronell: todo lo que diga un funcionario es falso hasta que se demuestre lo contrario.

Pero también que es necesario romper los debates sobre la licencia que debe tener un periodista para publicar sobre aquello que es testigo, sin tener que usar las reglas de la abogacía y no al interior del cerco legal que los propios políticos le pusieron a los cronistas periodísticos.

7 de septiembre de 2018

Un irrepetible desaire a la Bandera Nacional del Ecuador

Los valores cívicos - patrióticos han sufrido grandes reveses con la presencia de grandes cuestionamientos al Estado, gracias al accionar político de los gobiernos y las críticas ciudadanas que se difunden masivamente por las diferentes redes sociales viertuales.

Pero en este contexto, existe instituciones y profesiones que como parte de su tradición, su razón de ser y sus principios, no pueden ni deben darse el lujo de olvidar esos valores representativos de la patria y la nación.

Por historia y como misión encomendada, los militares hemos sido custodios de los símbolos patrios y para lograr ese honor hemos necesitado de entrenamiento y perfeccionamiento, aprender a cuidar el Escudo Nacional y la Bandera del Ecuador, nos ha costado muerte, dolor, lágrimas y esfuerzos sobrehumanos.

Pero existen eventos que ponen en duda esa preparación y eso ocurrió el miércoles 5 de septiembre de 2018, cuando en una rueda de prensa por temas de seguridad nacional y una situación externa no previsible, el estandarte de la Bandera del Ecuador, perdió equilibrio y se cayó. La reacción del Contraalmirante Renán Ruiz y el Brigadier General Patricio Mora es digna de resaltar por lo que dejaron de hacer.

En el siguiente vídeo se muestra lo ocurrido y luego de mirar es posible comentar:



¿Qué cruzó por la mente de los oficiales ante esta situación imprevista? ¿Fue más importante seguir protocolariamente firmes ante las cámaras de televisión? Ante estas interrogantes consulté con algunos compañeros de armas, porque en lo personal me pareció que ese accionar militar no mostró uno de los baluartes de la formación militar: cuidar el Estandarte Nacional.

Los aportes para construcción de este comentario vinieron del mi Crnl.(SP) Eduardo Vergara, mi Comandante Ángel Valencia y de muchos de mis otros compañeros PUMAS.

Las observaciones están en el orden que debió suspenderse por unos momentos la intervención para levantar el asta con la bandera caída y dejan una pregunta ¿Están o no los símbolos patrios por encima de cualquier evento o problema? Además que los dos oficiales debieron tomar la iniciativa.

Entre las opiniones estuvo aquella en que ante todo y sobre todo, están nuestros sagrados símbolos patrios. Parece que los militares se han olvidado el respeto y veneración a los mismos. Simplemente se debió parar la intervención y ubicar la Bandera Nacional en su sitio.

Así mismo se argumentó que a pesar que el asta con la Bandera casi le cae en la cabeza al marino, solo relucieron los instintos primarios, hacerse el quite para que no lo golpee, pero no da el paso siguiente: tomar la decisión consiente de velar por "hacer flamear nuestro tricolor con libertad", el entrecomillado es parte de el Himno de la Armada del Ecuador.

Mientras el funcionario civil seguía en su intervención ante los medios, el Contraalmirante bien pudo ponerse de pie, levantar solemnemente la Bandera Nacional, cuadrarse ante ella y volver a su sitio. Llama la atención también, que no hubo ningún otro militar que haya acudido de manera diligente a levantar la bandera.

Es extraño que luego del insuceso el Contraalmirante, la mira en el suelo y vuelve a su postura en la mesa y su rostro refleja un "pues ni modo". El Brigadier General también sigue inamovible en su puesto y el Viceministro pareciera que no supo lo ocurrido.

Por ahora es un evento que seguramente ya pasó en lo mediático y que la sociedad civil lo habrá superado con mucha facilidad. Pero ¿qué ejemplo queda para las tropas? 

Entrada a la Vicepresidencia
de la República del Ecuador.
Centro de Quito
Al redactar este caso, recordé que durante un recorrido por el centro histórico de Quito, la tarde el domingo 19 de agosto de 2018, pude pasar frente a lo que ahora es la Vicepresidencia de la República y lo que allí vi me pareció un simple descuido de algún otro funcionario. Pues la Bandera Nacional estaba sucia y a simple vista se notaba su descuido en todo el orden de los significa este símbolo patrio. Fue evidente que nadie la cuidaba.

En definitiva puedo concluir que el significado y significante de la Bandera Nacional del Ecuador, ha quedo relegado a un simple acto mediático; tal vez sea necesario que los militares dejemos de ser, legalmente, funcionarios y regresemos a vestir nuestro uniforme más con honor y sacrificio.

... juro sagrada bandera

en el aire, en el mar y en la tierra 

en la paz y en la horrísona guerra

defenderte hasta airoso morir.