El amanecer del martes 13 de febrero del 2018 el malecón y playa de Puerto Cayo, pueden considerarse uno de los más dantescos en cuanto al paisaje que formó la basura luego del concierto del lunes por la noche, ante lo cual permítame Señor alcalde de Jipijapa Teodoro Andrade, contarle algunas de las situaciones que dejan en mal predicamento tanto a la gente que acudió a un evento público masivo y las fallas u errores en la limpieza posterior.
Es indudable que para los organizadores de ese evento carnavalero puede considerarse un verdadero éxito, al igual que para muchos comerciantes y empresarios del sector turístico de la zona; pero dejó también un costo alto y grave de impacto ambiental e imagen pública.
¿Cuál fue el plan de recolección de basura y limpieza post evento? Por lo que pude observar y enterarme, realmente no hubo ninguno, pues recién a las 10h00 vi llegar a un carro recolector con cinco personas dedicadas a reciclar y, colateralmente, recoger la otra basura que se encontraba en tachos y que otras personas habíamos puesto en fundas pláticas.
Para esa hora ya habían llegado no menos de 200 turistas para usar la playa en lo que fue el último día del feriado y la imagen que los recibió de un sitio muy similar a un muladar, sin la más mínima acción de limpieza. Con el pasar de las horas la playa recibió a muchos más bañistas y la basura permaneció allí como una muestra del fracaso de cualquier plan.
Si el concierto planificado superó las expectativas creadas ¿Por qué no se pensó en un plan emergente para la correspondiente limpieza? ¿Quién fue el responsable de ejecutar ese plan de manera prioritaria? ¿Cuáles fueron las acciones correctivas que se tomaron?
Independiente de las respuestas que puedan o no existir, lo cierto es que fue evidente la incapacidad institucional para afrontar tan crítica situación, con lo cual -de una u otra manera- vecinos, temporadistas y empresarios turísticos resultamos víctimas colaterales de esa situación.
La recolección de basura duró hasta pasadas las 17h00, no así la limpieza. Cinco días después del evento, aún el malecón luce sucio y sin evidencias que existan acciones orientadas a solucionar dicho problema.
Para el viernes 16 de febrero, el Ministerio de Ambiente programó una "minga" de limpieza de la playa, se me indicó que la Municipalidad de Jipijapa tendría un aporte en este proceso; la realidad es que el grupo de funcionarios y personal de los restaurantes en el sector de la playa, realizaron -nuevamente- una recolección de basuras no de limpieza.
La situación antihigiénica de esta insuficienca municipal tiene sus agravantes por los impactos en la salud humana tomando en cuenta la temporada invernal y los otros factores conexos; tampoco se puede dejar de no mencionar las consecuencias ambientales para la playa, un trascendental activo turístico de Puerto Cayo, zona rural que pertenece al cantón Jipijapa.
Por la información pública existente se avizora que no se ha dispuesto ninguna acción municipal para remediar la situación, lo cual genera preocupación sobre el futuro cercano que pueda tener tener Puerto Cayo, más si se considera que la Junta Parroquial adolece de capacidades para afrontar cualquier situación adversa en la zona.
Lo ocurrido es una muestra de lo que por algún tiempo hemos afrontado los vecinos y votantes de la ciudadela Antonio Vallejo en Puerto Cayo, tal como ocurrió con uno de los festivales de apertura de temporada. Pero hay una preocupación latente:
Bajo estas circunstancias y los antecedentes de obra y servicios públicos en Puerto Cayo, sería bueno se difundieran las acciones que implementará hasta el fin de su mandato, de tal manera que los vecinos del lugar podamos saber lo que nos espera o, caso contrario, de no existir ninguna acción municipal, prepararnos para enfrentar problemas y buscar que otras instancias (no incluye a la Junta Parroquial) cubran el incumplimiento de las responsabilidades municipales.
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