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5 de septiembre de 2021

Nuestros amados y abandonados perros

 En este cambiante y acelerado mundo existe un creciente interés por cuidar la vida en general y, nos guste o no, en la post la gran cuarentena este sentimiento tuvo variantes en cuanto a las relaciones urbanas entre humanos – animales y humanos – plantas. 


Un tema bastante amplio para tratar, pero me centraré en los que científicamente se los conoce como “Canis familiaris” un milenario acompañante, guardián, protector y cazador, considerado desde sus inicios como un regalo divino y hasta relacionado con las fuerzas del mal.

Se trata del perro, un importante componente familiar en el área urbana y rural, con trabajos específicos, así como soluciones a muchos problemas que tenemos los humanos, también como hermosas mascotas de exhibición. Pero existen datos orientados a que existe un alto índice de abandono y maltrato durante la época de la pandemia y en la post cuarentena. 

Medios de comunicación social han planteado y mostrado el problema con perros maltratados y abandonados, sin hogar; las redes sociales han ido mucho más allá al evidenciar con más fuerza la actitud inhumana con las mascotas hasta obligar a los funcionarios a tomar medidas correctivas, aunque se traten de pocos casos; en la misma línea también promueven soluciones.

Con una mínima carga de subjetividad, puedo asegurar que la violencia y negligencia contra los canes se convierten, de una u otra manera, en un problema ético, social y ambiental, de proporciones aún no dimensionadas, a lo que se suman las razones de tipo económico debido al alto costo que implica mantenerlos, sobre todo en el área urbana.

Las relaciones humano – perro son íntimas, los dos son animales con sentimientos y personalidades, con necesidades y carencias, pero existen diferencias en cuanto a sus intereses de convivencia y sus estructuras físicas como mentales. 

“Al existir esas habilidades y capacidades, los animales tienen una serie de intereses que satisfacer y, por lo tanto, derechos por tutelar que se ven limitados cuando son maltratados, recluidos, aislados de su grupo social y sometidos a experimentación dolorosa, dejando tras de sí graves consecuencias a nivel físico y psicológico.” Isidro H. Romero (agitadoresdeideas.com)

En muchas partes del paisaje urbano hemos visto escenas de perros abandonados, que husmean entre la basura buscando comida, con sus cuerpos lacerados, a perras visiblemente enfermas y con evidencias que han parido recientemente; casas o departamentos en que el descuido y el maltrato son parte de lo cotidiano. Casi no nos inmutamos. 

También está el otro lado en que somos testigos de la sana convivencia entre las mascotas y sus dueños; pero ese no es el tema central, por ahora de este artículo.

En este marco Romero asegura que “El trato digno hacia los animales es un deber ciudadano y forma parte de aquella cultura democrática que reconoce la necesidad de ampliar paulatinamente los derechos. Se trata de ´descosificar´ a los animales, es decir, dejar de considerarlos como cosas, reconociendo su capacidad de tener una vida propia, mental y emocional.”

Asombra más aún que existan practicas enmarcadas en las apuestas y diversión, tal vez aberrantes, pues según lo asevera Isaías Alvarado en un reportaje para Univisión publicado a inicios de agosto del 2021, en Estados Unidos “Se estima que más de 40,000 personas organizan, participan y asisten a peleas ilegales de perros en este país, una actividad criminal que atrae a pandilleros, pedófilos y miembros de carteles. Estos combates sangrientos continuaron durante la pandemia, según activistas.”

En cuanto a Ecuador, Sumara Dueñas en una nota publicada por Oromar Televisión, asegura que “debido a la pandemia de Covid-19, organizaciones de rescate animal consideran que el número de animales domésticos en las calles ha aumentado, esto a raíz del desequilibrio económico por la pérdida de empleo...” 

En esta crónica periodística se toma la versión del funcionario municipal Iván Murillo, jefe Técnico de Bienestar Animal, quien asegura que en Manta la unidad recibe de entre 8 a 10 denuncias con reportes de abandono de mascotas al mes. Pero también recoge el testimonio de Iván Silva, un rescatista de fauna urbana, sobre el calamitoso estado en que llegan ciertos perros, al extremo de tener heridas provocadas por machetes.

Referencia legal: Art. 250.1 del COIP: “La persona que mate a un animal que forma parte de la fauna urbana será sancionada con pena privativa de libertad de seis meses a un año. Si la muerte se produce como resultado de actos de crueldad será sancionada con pena privativa de libertad de uno a tres años.”

De los planteamientos expuestos es posible concluir que independiente del marco legal y las perspectivas de cada ciudadano, las acciones para proteger a los perros son prácticamente o inexistentes o invisibles o insuficientes, por lo que no se percibe como una situación adversa en la salud pública y una probable señal de inconciencia social.

Como epílogo: ¿Qué sentimos cuando vemos en las calles y carreteras los cuerpos destrozados de perros atropellados?

Publicado originalmente en
La Verdad No - 397
Edición de agosto del 2021