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29 de enero de 2019

¿Quien fiscaliza la construcción del malecón en Puerto Cayo?

Los trabajos constructivos para lo que será el nuevo malecón en Puerto Cayo están a la vista, lo que ha significado que muchos de quienes vivimos allí nos percatemos de lo que hacen albañiles e ingenieros. Lo que no sabemos es la manera en que se está ejecutando la fiscalización.

Por tanto en este nuevo capítulo de las memorias ciudadanas sobre esta obra-problema, pondré en conocimiento los detalles sobre quién es el fiscalizador y lo que se supone que debe cumplir. Importante anotar que aún no se acceden a los procesos de transparencia de la información ni se ha evidenciado la ejecución de acciones de sociabilización con los vecinos sobre lo que ocurre con este trabajo.

Xavier Tumbaco Gómez,
fiscalizador de obra en
Puerto Cayo - Manabí.
El 8 de octubre de 2018 se publica en Sistema Oficial de Contratación Pública, la adjudicación de la fiscalización a Eddy Xavier Tumbaco Gómez, de profesión ingeniero civil; el valor a pagar por este trabajo es de 63,864.28 dolares; según el documento oficial este contratista tiene una calificación 100% para ejecución de la consultoría. (AQUÍ para visualizar el documento en PDF)

Para que la Municipalidad de Jipijapa haya podido contratar al mencionado profesional, debió haber cumplido un proceso, mismo que ha quedado registrado en el "Pliegos del procedimiento de contratación directa de consultoría", del que es posible conocer los parámetros de evaluación sobre la oferta de fiscalización, entre otras consta: experiencia general y específica mínima, experiencia mínima del personal técnico, patrimonio, equipo e instrumentos disponibles. Hasta ahora no ha sido posible comprobar que se cumplen estos requisitos.

Otro requisito indispensable de conocer para entender todo el proceso que conllevó a la contratación de Eddy Xavier Tumbaco Gómez, es el análisis comparativo que se realizó con otros ofertantes para la fiscalización, para lo cual está disponible el "Estudio de Mercado" realizado por Beder Cañarte Roríguez, en su calidad de Director de Gestión de Infraestructura de la Muncipalidad de Jipijapa, funcionario que además cumple como "Administrador del Contrato" para la construcción del malecón.

Situación del RUC del consorcio al que se 
le adjudicó la construcción del malecón 
en Puerto Cayo.
Ahora, es menester conocer los términos de referencia que sirvieron de base para dicha contratación, una de las obligaciones del fiscalizador es "Enviar semanalmente copia del LIBRO DE OBRA a la CONTRATANTE, firmado conjuntamente con el Contratista." El contratante en este caso es la Municipalidad de Jipijapa y el contratista es Wilper Dario Parrales Barreto en su calidad de representante legal del consorcio Obando Parrales. (AQUÍ revise el documento de adjudicación de la obra).

Así mismo, para cumplir el objetivo del contrato, el personal técnico y equipo de trabajo debe estar compuesto por un ingeniero Director de Fiscalización, un ingeniero residente, un ingeniero ambiental y un ingeniero eléctrico. Hasta la fecha de publicación de esta entrada aún no se conoce los nombres de los tres últimos profesionales.

Otra obligación del fiscalizador es "Detectar oportunamente y/u omisiones en los diseños definitivos y dar soluciones a las diferentes situaciones que se presenten dentro del marco contractual; dando trámite oportuno y rápido a la CONTRATANTE de aquellas situaciones en las cuales se requiera de correctivos inmediatos." La información proveniente de este proceso es fundamental para determinar la eficiencia con que se aplicaron los correctivos y tener como referencia para posibles problemas que se presenten en el futuro.

Con el fin de empezar el control ciudadano que realizo como parte del Comité de Desarrollo Social y Comunitario de la Cdla. Antonio de Vallejo, sector turístico - residencial de Puerto Cayo, dispongo del Acta municipal de adjudicación de la fiscalización, con la cual es posible tener sustentos para solicitar información sobre esta obra.

Como un primer dato, en la mencionada acta se encuentra el RUC del fiscalizador: 1307139061001, y a partir de allí establecer su situación con el IESS sobre el personal que debe trabajar con él en la fiscalización; en una consulta realiza se establece que mantiene deudas con la institución. (PDF del certificado emitido por el IESS).

A partir de esta información se abren puertas para profundizar en los procesos constructivos y, reitero, en la solicitud de información; así mismo, para que otros miembros del Comité sigan en su proceso de observación para detectar anomalías y puedan se canalizadas a quien corresponde.

11 de enero de 2019

Misterios en "Frontera cautiva"

En la mayoría de casos el asesinato a periodistas está en marco del juego que tiene el poder político, bien por su incapacidad de enfrentar las nuevas amenazas sociales o porque tiene la necesidad de no comprometer su imagen pública. Esta fue una de las interrogante que me llevó a escribir un artículo para La Verdad, revista de circulación mensual, y que tuvo a bien publicarlo.

En la edición 365 de diciembre de 2018, a dos páginas, se encuentra mi planteamiento, que tomó como base la investigación periodística "Frontera Cautiva" y una entrevista a la cronista María Sol Borja; el tema: ¿Por qué asesinaron a Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra?

El texto fue redactado antes de conocerse que se dio de baja al principal protagonista: alias Guacho, de la filtración de un audio presidencial; lo que fortaleció las hipótesis que se manejan entorno a este caso que tiene tintes más políticos que delincuenciales. O tal vez lo contrario.

A continuación la transcripción literal de lo publicado bajo el título "Misterios en Frontera Cautiva"  y luego una nota con Ricardo Rivas (hermano de Paúl) puesta al aire en Oromar Televisión luego de la muerte "oficial" de Guacho.

Entre silencios y publicaciones, el capítulo negro en contra del periodismo de Ecuador aún no está cerrado. No hay una prevalencia de ataques directos pero es evidente la guerra de desgaste que se infringe sobre él.

La maquinaria que tritura periodistas no se ha desarmado y la consigna de “no maten al mensajero” está vigente. Así es como puedo resumir este 2018 en esa indispensable confrontación entre el poder político y lo que es su real contrapeso.

En esta zona de guerra están inmersos los medios de comunicación y el periodismo, la institucionalidad y las cuentas en las redes sociales virtuales; a veces todos contra uno y en otras todos contra todos. La república se hunde, es victoria de la impunidad.

Terminaba marzo de este año y muchos nos sorprendimos con la noticia que un equipo de periodistas había sido secuestrado, fue el detonante de una crisis y la grave evidencia que al norte de Esmeraldas había otro gobierno. ¿Qué sucedió la noche del 28 de marzo?

El 22 de junio de 2018 los cadáveres del equipo periodístico fueron encontrados. 89 días que el Gobierno de Ecuador soltó informaciones, que los medios de comunicación colombianos estuvieron pendientes de las demandas que hizo Walter Patricio Arizala, alias "Guacho".

Ni Efraín Segarra, Paúl Rivas y Javier Ortega descansan, porque su asesinato es la trama que fue posible conocerla cuando una veintena de periodistas publicaron las conclusiones de una gran investigación titulada “Frontera cautiva”, parte de Forbidden Stories.

El segundo párrafo es una síntesis -no de la historia- del accionar del poder político: “Los hallazgos del trabajo colaborativo muestran cómo se comunicaban los servicios de inteligencia con los criminales, el secretismo e indolencia de los gobiernos de ambos países y lo que grandes medios ecuatorianos y colombianos sabían y no divulgaron.”

Los datos prohibidos fueron replicados por más de medio centenar de medios, pero lo incomprensible es que “los familiares no han podido reconstruir la historia porque el acceso a la información continúa vedado.”

Sigo con la duda sobre el 28 de marzo.
Entro en escena, por tercera vez he leído la investigación completa, me saltan dudas y converso con María Sol Borja, cronista de GK.city, ella participó en la investigación.

- ¿Cuál es la descripción del escenario político nacional luego de la publicación de “Frontera cautiva”? 
- Al parecer la estrategia del Gobierno de no dar respuesta al tema se ha mantenido. Igualmente la Fiscalía. Los propios familiares han exigido en distintos espacios que las autoridades les den respuestas, pero desde mi perspectiva personal, justamente la estrategia es no mediatizar el tema porque esas respuestas no existen.

- Y en la misma escena: ¿Se está (estamos) haciendo más periodismo en Ecuador?
- Creo que falta profundizar en temas, en investigar casos como el narcotráfico y su presencia en el país. Hay un periodismo de inmediatez que no trasciende más allá de lo que ocurre en el día a día. Hay, sin embargo, medios que están apostando por hacer temas de largo aliento, de investigación, de darle profundidad y análisis incluso a los temas coyunturales. Este es un ejemplo de que uniendo las fortalezas de distintos periodistas y distintos medios, el trabajo periodístico puede tener mayor profundidad y alcance. Creo que aún falta en el país quitarse la idea de que estamos buscando exclusivas o compitiendo por el público. La tendencia a nivel mundial es justamente la opuesta.

- ¿Cuáles han sido las reacciones sociales frente a las conclusiones de la investigación? 
La primera respuesta fue de los familiares que han dicho en varios medios que están agradecidos y que desde su perspectiva es el único intento de lucha contra la impunidad que han podido ver porque desde las autoridades no hay respuestas. El reportaje fue publicado por más de 50 medios internacionales y replicado en Ecuador por los principales medios de comunicación. Volvimos a ver gente indignada exigiendo respuestas pero como decía al principio, las autoridades nuevamente optaron por el silencio.

- ¿Cómo argumentar que lo publicado no es parte de la estructura mediática vigente en Ecuador? 
- Quienes formamos parte del equipo de investigación somos periodistas independientes, la gran mayoría no trabajamos para ninguna empresa mediática del país, sino para medios pequeños e independientes que han publicado temas que no entran en la agenda mediática de los medios más grandes: narcotráfico, abusos sexuales por parte de sacerdotes, derechos reproductivos, entre otros. No hemos cobrado por hacer esta investigación, lo hemos hecho porque queríamos buscar respuestas a través del periodismo.

Me quedan algunas preguntas... tal vez algún intercambio de opiniones sobre el manto que cubre la noche del 28 de marzo de 2018. El 2019 es, tal vez, una nueva oportunidad.




8 de enero de 2019

Los paseos por el cielo del PUMA Aníbal Rivera

La muerte en los soldados de fuerzas especiales no es una tragedia pero no dejan de doler. Es lo que nuevamente vivimos quienes pertenecimos a la unidad militar GFE 111 Rayo "PUMAS" cuando nos enteramos del incidente con Aníbal Rivera.

En nuestras unidades se asegura que "los paracaidistas nunca mueren, solo van al infierno a reagruparse" y eso es lo que ahora sabemos del Suboficial Infante de Marina (SP) Aníbal Rivera, quien disfrutaba de su retiro en una de sus pasiones: pasear por el cielo.

El lunes 8 de enero de 2019 recibimos la noticia y los mensajes de condolencia no se hicieron esperar, cada uno de quienes aún nos mantenemos en otro "cuartel virtual".

Compañeros de su promoción, comandantes de los PUMAS, quienes lo conocimos como nuestro instructor, los que vivieron con él situaciones de empleo y combate, aquellos en que la amistad superó los lazos de la profesión, juntamos nuestros saludos con la seguridad que los soldados viejos no morimos, simplemente nos desvanecemos.

En este proceso de recuperación de la memoria histórica de este insigne grupo de soldados especiales PUMAS, implica recabar algunos datos y publicarlos, de tal manera que el olvido jamás exista, en ocasiones con alegrías, otras con indignación pero con la certeza que en algún momento será por la caída de un combatiente.

Una segunda parte de la historia del Infante de Marina Rivera empieza cuando cumplió con éxito el el tercer curso propósito especial PUMA y luego fue asignado como instructor de la cuarta promoción; cuando el mando militar allá por 1986 decidió disolver el GFE 111 Rayo, fue asignado a la Base de Infantería de Marina en San Eduardo y fue instructor de un curso de comandos. Para esa época ya había completado otros cursos y las insignias, como testigos de preparación, resaltaban en su uniforme.

El destino y una lesión lo condujeron al hospital naval, en donde permaneció por algún tiempo y fue donde adquirió otras destrezas relacionadas con la odontología, pasó así a ser parte de unidades de sanidad; mucho podría contarse de su extensa hoja de vida en la que no constan únicamente su logros militares, sino también los de la vida familiar junto a su esposa y sus hijos.

Su entereza, profesionalismo y sentido militar a carta cabal fueron los sustentos para que alcanzar uno de los grados más altos de entre la tropa como es el de Suboficial. Y como "nada es para siempre" le llegó la hora de su retiro pero también fue la oportunidad para seguir en una de sus pasiones como es la de volar y lo hizo en las diferentes modalidades de parapente, como deportista profesional consiguió campeonatos nacionales e internacionales.

Su camino a reagruparse ocurrió mientras disfrutaba de sus paseos por el cielo, algún mal funcionamiento en las correas del arnés hizo que cayera desde aproximadamente 15 metros, a pesar de los primeros auxilios y las intervenciones médicas, no lograron impedir que dejara de respirar.
PUMAS en la despedida de Aníbal Rivera
Queda entonces:
Dadme mi Dios lo que te resta, dadme lo que jamás nadie te pide 
Yo no te pido el descanso ni la tranquilidad del alma ni del cuerpo...

... Dadme mi Dios lo que los demás no quieren,
pero dadme también
el coraje, la fuerza y la fe.

Hoy frente a su tumba, con los honores militares que se merece y se hizo acreedor, los PUMAS, usando nuestra boina verde, le encomendamos una nueva misión: Descansa en Paz.

Desde ahora tendremos en mente el nuevo vuelo en que se encuentra Anibal Rivera:


Gracias al PUMA Adriano Montenegro por la conversación que permitió escribir esta corta historia.