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8 de mayo de 2021

Los desastres del desastre - crónica del post terremoto

Publicado originalmente en La Verdad, edición abril del 2021 No. 393

Para unos fue segundos y para otros una eternidad. Cientos y miles de páginas podrían escribirse sobre lo que ocurrió desde 16 de abril de 2016 a las 18H58 hasta este primer trimestre del 2021, con historias de tragedias, inoperancias, destrucción, sobrevivientes, heroísmo, sacrificio, mentiras y propaganda.


El impacto del terremoto en Ecuador fue devastador y no únicamente por las casi 7.000 víctimas registradas por el Gobierno o los 80.000 desplazados, tampoco por los 676.5 millones de dólares en pérdidas materiales en el sector productivo que bien pudieron alcanzar los 1.032 millones, además del colapso de las infraestructuras públicas.

El desastre merece ser escrito desde la falta de preparación a pesar que estuvo previsto, las falencias gubernamentales para reaccionar y los misterios que existen alrededor del Comité de Reconstrucción y Reactivación Productiva, creado como instancia tanto articuladora de los esfuerzos como de los recursos disponibles para “regresar a la normalidad”.

Pero si de instituciones se trata, uno de los capítulos que aún no están relatados es el de la evaluación del trabajo de prevención, mitigación, reparación, alerta y respuesta del Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias. Se encontraba como titular de ese organismo el vicealmirante (SP) Luis Jaramillo Arias.

El caótico escenario post 16-A no pudo ser solventado por la descoordinación institucional, a tal punto que 10 días después de los sismos, el entonces Presidente de la República Rafael Correa se vio en necesidad de crear un mando unificado y encargó al Ministerio de Defensa la gestión de la crisis, movilizó a la totalidad de las Fuerzas Armadas a las zonas afectadas para hacerse cargo de la seguridad, para continuar con los trabajos de rescate y poner orden en los albergues.

Recordemos nombres: ministro de Defensa Nacional Ricardo Patiño, ministro Coordinador de Seguridad César Navas y secretario de Gestión de Riesgos Luis Jaramillo.

Y otro dato fundamental: en cada área del desastre se designó a un coordinador: el vicepresidente Jorge Glas en Manta, el secretario del Agua Carlos Bernal en Portoviejo, el ministro del Interior José Serrano en Pedernales y la secretaria de la Gestión de la Política Paola Pabón en Jama y Canoa.

Puedo asegurar que el desastre empezaba a fraguarse en medio del dolor, la incertidumbre y el desconcierto institucional y más cuando Luis Jaramillo anunció la noche del lunes 2 de mayo de 2016 que renunciaba a su cargo, en momentos en que las noticias daban cuenta que la remoción de escombros podría estar originando más muertos.

¿Quién es Carlos Bernal?

En su reemplazo se designa a Susana Dueñas de la Torre, quien hasta el momento fungía como Gobernadora de Manabí y del análisis de su hoja de vida a esa época, se desprende que no tenía experiencia de ningún tipo en Gestión de Riesgos y peor manejo de crisis en desastres.

Nunca hubo un informe oficial sobre la violación los protocolos internacionales para casos de terremoto a pesar de los testimonios de los “Cascos Blancos” y los “topos” mexicanos. Tampoco se han hecho públicos los antecedentes sobre las extrañas situaciones en que muchos funcionarios actuaron más como promotores propagandísticos del Gobierno que como gestionadores de la ayuda humanitaria.

Y más capítulos no escritos podrían ser parte de un mega expediente sobre lo ocurrido en cada operación de rescate, de evacuación, de abastecimiento, de los saqueos, de las víctimas que murieron semanas después y de las personas mutiladas.

Pues bien, pasado el tiempo había que planificar la recuperación del golpe y se creyó que las palabras “reconstrucción” y “reactivación” eran las palabras más adecuadas, pero el tiempo demostró que fue otra equivocación. En todo caso, aparece en escena otra instancia gubernamental: la Secretaria Nacional de Planificación y Desarrollo – Senplades. 

El capítulo lo protagoniza Sandra Naranjo, cuando el 1 de junio del 2016 asegura que se requerirán USD 3.344 millones de dólares para reconstruir las zonas afectadas por el terremoto y de este total, 2.253 millones serían asumidos por el sector público y 1.091 millones por el privado; además, que se habían perdido 21.823 puestos de trabajo. 

Según la información oficial este proceso de evaluación estuvo a cargo de especialistas de Senplades, el Instituto Nacional de Estadística y Censos y los equipos técnicos de los distintos ministerios; no hay nombres de quienes conformaron ese equipo de trabajo. También se asegura que una misión multidisciplinaria de más de 45 expertos del sistema de la Organización de Naciones Unidas liderados por el equipo técnico de CEPAL, acompañó este proceso. ¿Dónde estarán esas memorias de las reuniones?

En todo caso, el asunto del financiamiento para la reconstrucción y reactivación productiva, lo que se podría decir que se abrió otra puerta para un entramado de misterios en la gestión pública en todos los niveles de gobierno para el uso de 2.253 millones de dólares: 1.000 millones por la Ley de Solidaridad y 660 millones por líneas del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo y de la CAF; además, del Fondo Monetario Internacional se obtendrían otros 400 millones y del Presupuesto General del Estado unos 193 millones. 

A la par del trabajo de cientos de voluntarios, de militares, policías y bomberos, para reestablecer el orden, la propaganda gubernamental empezaba a gestar una campaña informativa para intentar demostrar que “ya todo estaba bajo control”. Otro caso de estudio especial en la comunicación social.

Entonces, llegó la hora de empezar a recaudar dinero. 12 de mayo de 2016: la Función Legislativa aprobó la Ley de Solidaridad y Corresponsabilidad Ciudadana para obtener liquidez, contemplaba un alza temporal de impuestos, la venta de activos productivos gubernamentales que incluía una central hidroeléctrica, un banco y medios de comunicación, un día de sueldo de los funcionarios, fijaba un impuesto al patrimonio personal que supere un millón de dólares y otro de un 3 por ciento a la utilidad de las empresas por única vez. 

Estaba como presidenta de la Asamblea Nacional Gabriela Rivadeneira y los registros datan que existía una mayoría gobiernista en que finalmente impuso el proyecto presidencial a pesar de las objeciones de asambleístas que expusieron sus desacuerdos por la falta de análisis de impactos financieros. Otra larga historia sin evaluar, aún.

Siguiente actor en escena: Leonardo Orlando. EL Servicio de Rentas Internas fue el encargado de recaudar los tributos establecidos en la ley y el mencionado funcionario tenía el cargo de Director General del SRI.

Un año después se informa se habían recaudado más 1.555 millones de dólares, logró que implicó un gran despliegue de funcionarios por todo el territorio nacional y un sistema de control al detalle que también permitió obtener 11 millones extras por multas. Estas y otras contribuciones habrían alcanzado los 3.000 millones de dólares. Un valor que merece otro extenso capítulo explicativo.

Portoviejo: calle Pedro Gual y García Moreno.

Lo cierto es que los recursos recaudados por la Ley Solidaria no se incluyeron en la auditoría que realizó la Contraloría, sobre las acciones realizadas durante los tres meses que duró la etapa de emergencia del terremoto y examinó el uso de 45,59 millones de dólares que transfirió el Ministerio de Finanzas a otras seis carteras de Estado, entre el 16 de abril y el 21 de julio del 2016. Amables lectores, esta es otra novela de misterio.

Voy a dar un salto hacia el organismo que lo considero más oscuro que contribuyó al desastre. Con Decreto Ejecutivo 1.004 del 26 de abril del 2016, emitido por el Presidente Rafael Correa, se dispuso la creación del Comité de Reconstrucción y Reactivación Productiva del Empleo en las zonas azotadas por el terremoto, con él apareció la Secretaria de este comité y el primer funcionario que estuvo a cargo fue: Carlos Bernal; como presidente fue nombrado el vicepresidente de esa época Jorge Glas.

En esta narrativa post terremoto y origen del desastre, bien podría tenerse un acápite especial para detallar le perfil de ese funcionario tanto desde el ejercicio de su cargo como del inmenso poder político que adquirió durante su trabajo, quien además, durante el proceso electoral del 2017 cumplió, al mismo tiempo, las funciones de Gerente de la campaña electoral de Alianza PAIS, distrito sur de Manabí.

Lo cierto es que la tarde del viernes 12 de enero de 2018, el rumor circuló con velocidad pero solo eso, pasadas las 19h30 se hizo oficial: Carlos Bernal Alvarado ya no era el Secretario del comité de la reconstrucción. ¿Por qué renunció? No se conoce con certeza, pero se cree que fue por una disputa con el Ministro de Finanzas, también existe la presunción que habría estado motivado por las investigaciones de la Fiscalía a sus cuentas bancarias y de su esposa, en las que se habrían detectado valores no justificados.

La sorpresa también pudo ser para los 11 asambleístas de Manabí, dos nacionales y nueve provinciales, uno de ellos Daniel Mendoza, que durante la campaña juraron ante “su” pueblo que fiscalizarían las gestiones y recursos de la reconstrucción; de lo que se sabe y difundió apenas llegaron a la instancia de pedir información. 

Llegó y se fue Vicente Véliz, rector de la Universidad Técnica de Manabí. Apareció y se hizo cargo de la presidencia de esa Secretaría María Alejandra Vicuña en su calidad de Vicepresidenta de la República y en una de sus declaraciones aseguró: “Se cometieron barbaridades en los contratos de la reconstrucción” y de allí nada más. Públicamente nunca se conocieron las acciones para transparentar “esas barbaridades”.

Se presume que María Alejandra Vicuña se llevó muchos secretos del uso de los recursos financieros destinados solventar las secuelas del terremoto y abono a la profundización del desastre.

También fue parte de esa escena el responsable de dar seguimiento al pedido de auditorías a la Contraloría: el secretario José Herrera, quien además en esa época fue Director Provincial de Alianza PAIS de Manabí; el viernes 29 de marzo de 2019 pasadas las 18h00 se conoció sorpresiva y oficialmente que el funcionario había renunciado a su cargo. Se desconoce si hubo o no un informe final de su gestión y los trabajos pendientes.

El turno es para José Agusto Briones y Guillermo Sierra Béjar, en un debut y despedida. Se dio paso para que la excandidata a la alcaldía de Chone por Alianza PAIS Elizabeth Molina Álvarez ocupase el puesto de Presidenta del Comité y con ella a Marilin Veintimilla Chávez como Secretaria Técnica.

El sábado 9 de mayo de 2020 se deroga el Decreto Ejecutivo 1004, con la que se creó el Comité y la Secretaría Técnica para la Reconstrucción y Reactivación Productiva, y se le retiran las funciones de presidenta del Comité a Elizabeth Molina. Tampoco existe una evaluación de su gestión para transparentar el uso de los recursos. 

La otra novedad es que hasta ahora se desconoce el lugar en que se encuentran los archivos de esta instancia, los informes, las actas, de la fiscalización, de los gastos administrativos y otros tantos documentos que son parte de la historia de Manabí y el Ecuador. Personalmente solicité a Elizabeth Molina que me mostrase los archivos y me supo decir que eran documentos reservados. 

Para redondear este listado de nombres que aportaron al desastre y que bien podrían quedar para otro extenso capítulo: Mariano Zambrano y Agustín Casanova, como miembros del Comité.

Pero conozco a una persona que tiene claro el panorama del desastre de la reconstrucción: Francisco Bravo, quien también merece un capítulo para aclarar algunos de los acontecimientos por la gran cantidad de datos que ha logrado recabar.

Quisiera poner punto final a este corto relato, pero no es lo adecuado; existen misterios, tramas, secretos, investigaciones y auditorias en curso, reclamos ciudadanos, hasta confabulaciones políticas que ahondaron este desastre de la reconstrucción. 

Edición impresa de la crónica





Otras crónicas sobre el terremoto del 2016 en Manabí las puede leer en: vozdeportoviejo.com

6 de mayo de 2021

Manuel J. Calle, un gran periodista muerto

En mi biblioteca personal existe un viejo libro titulado "Biografías y semblanzas" cuyo autor es Manuel J. Calle, impreso en 1921, y en el cual está un breve ensayo de Gonzalo Zaldumbide que describe al insigne periodista ecuatoriano. He transcrito dicho texto, respetando la gramática de aquella época, pero me he tomado la licencia de separar los párrafos para hacer más dinámica la lectura.

Fotografía tomada del libro "Biografías y semblanzas"

Un gran periodista muerto 

El último correo del Ecuador ha traído noticia de la muerte de Manuel J. Calle, uno de los mayores, si no el primer periodista latino-americano. Fué el tipo acabado del género. No a la yanqui, en el sentido de la habilidad y la prontitud ara la caza a la actualidad volandera, de la perspicacia en acecho de novedades, de la malicia para descubrir, o inventar hechos sensacionales…… sino a la francesa, por el arte ingénito del comentario, que vivifica, realza, transfigura lo cotidiano y corriente. –La interpretación original y lúcida, la deducción imprevista y justa, la gracia, la malicia en desentrañar la intención recóndita, son su manera de suscitar el interés más vivo por el hecho común y opaco, la idea simple y vulgar, o el personaje uno de tantos. 

Su prodigiosa fecundidad y su don de vida, por sí solos, dieron abasto, durante años de años, a la infatigable curiosidad de un público a quien comunicó su gusto, a veces despiadado, de ver claro bajo los disfraces. Brotaban de su pluma, con abundancia de fuente sempiterna, esas sus Charlas inagotables, siempre interesantes, ágiles y límpidas sobre temas que bajo otra pluma habrían revelado sólo su pequeñez árida e ingrata. Brotaban sin esfuerzo, sobre todo sin el esfuerzo de agradar. Cuando úno comenzaba a leerlas, había de seguirlas hasta el fin, sin darse cuenta de este arte innato, espontáneo e indefinible como la gracia y la simpatía, que no residen en cosa alguna fija y lo impregnan todo de su atractivo en este caso a menudo cruel, diabólico, y casi siempre burlón, pungente.

Bajo las travesuras y las impertinencias más inquietantes adivinábase sin embargo una malicia sin baja perversidad en la suspicacia, una reacción involuntaria y casi inopinada de su natural vibrante, incoercible y como azogado al contacto de las primeras impresiones. Singularísimo por sus defectos casi tanto como por sus cualidades, en cualquier parte habría podido imponerse sin más que su pluma ágil y certera, como sin más que ella y a pesar de tanta cosa en contra, se impuso en el Ecuador. Muere sin embargo casi totalmente desconocido del resto de América. Faltóle erguirse sobre el pedestal que presta un gran país a sus hombres, aún de menor talla; faltóle una tribuna de universal resonancia. Su país, pequeño, le contuvo dentro de sus límites, le cobijó con sus horizontes encapotados. 

Y él se compenetró tan íntima, tan exclusiva, tan irrevocable con las cosas de su país, que de esta misma limitación sacó su fuerza sobre él. Llegó allí a una verdadera dictadura de la opinión. La mayoría de indóciles y descontentos esperaba de él cada mañana el evangelio de un hombre de poca fé de inteligencia terrible. Pesimista regocijado e infeliz, critico alegre y feroz aunque sin maldad, a pesar de las apariencias y los rencores parciales, enseñaba a pensar y sentir a la inmensa multitud de curiosos y de malignos sutiles que gustaban de su risa iconoclasta. Se embriagaba cada mañana con la irrestricta voluptuosidad de decir toda su verdad, sin trabas ni reparos. Verdad fragmentaria, arbitraria, contradictoria o incoherente, pero sincera y desnuda hasta la insolencia y hasta el cinismo.

¡Prodigiosa cantidad de desdén, la que este hombrecillo feo y escuchimizado derramó sobre hombres y cosas! Y de un matiz especial. No es el sarcasmo a lo Larra; no es la amargura helante de un hipocondríaco, de un insociable a lo Swift. Tampoco es la paradoja, ni los retruécanos a la francesa, ni menos la gaya ironía que procede por alusiones y envuelve en velos sutiles el pensamiento real. Y si tuvo como Scarrón el genio de lo burlesco, –y si como él, afeado por miserias físicas, no perdió nunca su buen humor, –no usó el procedimiento de la parodia ni exageró tipos o caracteres. Su burla es directa y concreta, sin laboriosas transposiciones. 

Nadie como él para el argumento ad-hominem. Es la mofa, la befa castiza, a la manera española, o la usada en la familiaridad de los corrillos maleantes al comentarlos chismes del vecindario. Pero sabía, como Courrier, hacer del comentario al hecho menudo y perdido, un arma contra gobierno, contra tendencias, contra sistemas, contra fantasías. Diógenes je-m' -en- fichiste, que sólo pedía en el mundo la libertad de soltar la lengua en sus incontenibles Charlas, salía de su tonel más bien con palo de ciego que con inútil linterna. Mantuvo en alarma perenne, no sólo a los hombres públicos, sino a cuantos, conocidos o desconocidos, asomaban a la faz de la hora por cualquier motivo. 

Para este Diablo Cojuelo, no hubo techo que no fuese de vidrio. Parece haber aprendido, no sólo su lengua je, castizo, exacto, seguro, sino también y más principalmente, su filosofía de la vida, su conocimiento de hombres, en la novela picaresca. Su visión del mundo es la que se desprende del Gil Blas, –que no cree ni siquiera en la sinceridad del vicio, menos en la grandeza o fatalidad del mal. Su desdén no tiene ni sombra de la melancolía de Don Quijote. Este realista menosprecia casi por igual la mediocridad del bien como la del mal. Y sin quererlo su risa nos empequeñece adrede, nos entristece. Y es sin remedio. Porque su alegría ni siquiera es trágica como la risa del desesperado!

¿Volvió alguna vez la vista sobre sí mismo, hasta su fondo anárquico y despectivo? Cuando habló de sí, casi siempre fué en son de burla. Alguna vez, sin embargo, la burla que comenzaba por sí o que lo envolvía siempre, implícitamente, en sus giros, cedía el paso a alguna miseria íntima y recóndita, se convertía en confidencia patética. Pero en seguida volvía, haciendo una pirueta trágica, un cínico salto mortal, al escepticismo nihilista y universal, subconsciente. 

Como quiera que se le juzgue, fué extraordinario. Y es casi desconcertante como producto del medio. Nació, creció, en Cuenca del Azuay, ciudad que medita sóla en un rincón de los Andes, con centrando en su aislamiento meditativo la fuerza de sus tradiciones, la devota reverencia de las prácticas de su credo, la poesía del culto y el respeto de la sociedad. Por natural y simple espíritu de contradicción, más bien que con el objeto de plantear su caso a un hipotético Taine del futuro, este de moledor implacable y regocijado, este feroz comecura, aprendió allí lo contrario de lo que se le enseñaba. 

Sólo aprendió a derechas, con gusto temprano y durable, sus humanidades: formó allí la base inamovible de su cultura clásica y remonta da en lo posible a las fuentes. Saboreaba en el texto a dulzura nativa de Virgilio, la cordial sabiduría de Horacio. Y gustó siempre de esmaltar, aún su prosa más apresurada, más afanosa y urgida por la necesidad del combate diario, con la nobleza de viejos latines que le recordaban su abolengo clásico como un segundón aventuroso se acuerda de su alcurnia en los peores momentos. 

Pero eso es todo lo que debió a su adolescencia y a su juventud estudiosa, ávida de lecturas, retenidas todas con una memoria infalible. –Del seno del catolicismo más concentrado y punzante salió armado de todas armas a pelear por las convicciones más opuestas y radicales. El triunfo de los liberales que ascendieron luego al poder le debió en parte lo poco que hubo en sus luchas de doctrinario, o de intelectual. Pero se quiso hacer de este indómito un instrumento. Y éste no tardó en volverse contra los que le quitaron en el triunfo las pocas ilusiones desinteresadas de la lucha. 

De entonces comenzó, a derecha e izquierda, a propios y paso, extraños, esos ataques imprevisibles y fulminantes. Y tras de una época de mal fué ascendiendo en independencia y autoridad, hasta convertirse en censor de la moral pública, –sin haber nunca aspirado, en su bohemia despreocupada, a creerse con el respaldo de una orgullosa hombría de bien, de una majestad hidalguesca como las de Montalvo. –Fué el continuador, familiar y desparpajado, de sus tremendas "catilinarias".

Su estilo, sin conformidad y magnifico como el de Montalvo, viene de cepa castiza. No lo enturbia ni rebota la improvisación más precipitada. Conoce su lengua a punto de hacer, cuantas veces quiere como jugando, pastiches a la manera de Montalvo, principalmente cuando le imita la prosa rabelesiana, copiosa y grasa de su humorismo. Recuerdo así haber hallado, en medio de un artículo serio acerca de la carestía de víveres, entre datos estadísticos y argumentos económicos, un elogio, entre jocoso y épico, enfático y risueño a un tiempo, y muy a lo Montalvo, del maíz y de la papa, providencia del labriego y del menestral.

Jamás tuvo tiempo ni gana de practicar, antes de dar a la imprenta, la que Swift llamaba "la repugnante tarea de releerse". Pero dentro de cincuenta años, los curiosos de lo pasado hallarán, en estas crónicas atropelladas, palpitante y viva en su incoherencia de primer brote, toda la vida de esta época.

……Si prensa del Ecuador ha perdido en él su poderosa palanca, el alma nacional no ha quedado privada de todo de un gran vocero: en treotros, su Poeta laureado vive. Si bien preservado del contacto diario de la muchedumbre, en el seguro de su misma Cuenca tradicional, grave y docta, Remigio Crespo Toral escribe, canta, medita, para lección y orgullo de los suyos. No porque de lejos no se le oiga mucho ni le preste el mundo la atención que sólo se fija en los grandes por la riqueza o el éxito, está mudo y como sin soplo, ese país de volcanes y de hombres fuertes. Triste y duro en sus cumbres arduas, muelle y sereno en sus cuencas donde la vida se remanza como en espera del porvenir, reidor, brillante e inquieto en sus riberas verdes, ese país de contrastes no dejará de sorprendernos nunca con ignoradas revelaciones de su grandeza virtual.

Paris, Diciembre de 1919.
Gonzalo Zaldumbide.

Portada del libro que reposa en mi biblioteca.

Referencia bibliográfica: Biografías y Semblanzas - Manuel J. Calle. Quito - Ecuador. Imprenta Nacional 1921. Talleres Tipográficos Nacionales 1920. Biblioteca personal de Raúl Zavala Mosquera.

Biografías: 

Manuel de Jesús Calle Pesantes (Cuenca, 1866 - Guayaquil, 1918) Periodista ecuatoriano. Muchos de sus artículos los firmó con los seudónimos de "Ernesto Mora" y "Enrique de Rastignac". En 1891 se trasladó a Guayaquil e ingresó a la redacción del Diario de Avisos, donde enseguida se lanzó a una violenta compaña contra el Progresismo. Confinado al interior de la República, se unió muy pronto a la revolución liberal guayaquileña, enrolándose en las filas del general Eloy Alfaro. En Quito fundó El Correo Nacional, La Semana Literaria, El Nuevo Régimen y La Revista de Quito. Colaboró en las mejores publicaciones de Quito y Guayaquil. En 1909, al celebrarse el Centenario del Primer Grito de Independencia de América, fue galardonado con "La Pluma de Oro" - Tomado de Biografías y vidas. Otras obras de Manuel J. Calle que están en dominio público, ya que murió hace mas de 70 años.

Gonzalo Zaldumbide (Quito, 1884 - 1965) Ensayista y diplomático ecuatoriano. Inició su larga carrera diplomática al ser nombrado secretario de la Misión ecuatoriana en Lima, desde donde viajó a Francia como primer secretario (1913). Su vida se desenvolvió en adelante, entre la diplomacia y las letras, pues nunca dejó de escribir, aunque no se considerara a sí mismo un escritor profesional. Miembro la Academia Ecuatoriana de la Lengua en 1921, de la cual también fue presidente, destacó sobre todo como crítico literario. Tomado de Biografías y vidas.

Foto: archive.org









2 de mayo de 2021

Peligros en los prejuicios de las comunidades virtuales

Muchas personas juzgan a las profesiones desde su perspectiva, gustos e intereses personales o grupales. Para el caso de este comentario tomaré un ejemplo relacionado con quienes ejercen libremente la abogacía y, específicamente por ahora, en temas penales.

Sobre otra profesión que también genera reclamos desde los prejuicios y los obstáculos socio-culturales, está la del periodismo. Por ahora dejaré esto como un enunciado.

Regreso al motivo de esta entrada. La última semana de abril del 2021 en Ecuador, se presentaron dos casos emblemáticos con respecto a los abogados: asesinato de Harrison Salcedo, defensor de personas vinculadas con casos de corrupción gubernamental, y de Juan Pablo Albán, quien tiene como cliente a Jorge Yunda, alcalde de Quito, acusado formalmente por compras irregulares de pruebas PCR.

Al profesional Salcedo se lo ha tachado de "abogado de la mafia" y luego de su asesinato se hicieron públicas algunas imágenes publicadas por él en sus distintas redes sociales, junto a unas armas de fuego y en locaciones lujosas que le mostraban aparentemente haciendo uso de su tiempo libre. Otro tema para revisarlo por separado.

En el caso de Juan Pablo Albán, la enardecida opinión mediática lo acusó de inmoral por haber aceptado ser el defensor del funcionario municipal. Y fue esta situación la que realmente me llamó la atención por el significante que tiene en cuanto a la libertad de una persona para contratar los servicios de un abogado que considere conveniente para su defensa.

Un escenario lo puso en blanco y negro Lorena Grillo en su cuenta Twitter: "Ecuador, el país en el que, cuando te procesan penalmente a ti, quieres que se te respeten todos los derechos, y lloras en todos los medios cuando no. Cuando se procesa a quien te cae mal, a esos derechos los llamas maniobras, argucias, sapadas y correísmos. #TercerMundoStyle."

Con motivo de las juzgamientos mediáticos, Juan Pablo Albán (Hoja de Vida) reacciona explicando el libre ejercicio de los abogados y lo hace en una secuencia de tuits publicados en su cuenta @JuanPablo_Alban: "Tras los ataques personales sufridos desde febrero cuando asumí la representación de uno de los acusados en un proceso penal, creo necesario hacer una reflexión sobre el ejercicio profesional e invitar a mis colegas a hacerla.  Abro hilo:"

Asegura a continuación: "Al aceptar asesorar o patrocinar a una persona no incurrimos en una conducta ilícita o inmoral, simplemente asistimos a quien necesita nuestra oficio, como cualquier otro profesional y se entiende que lo haremos con corrección."

Y lo complementa con lo siguiente: "Sin perjuicio de ello la conducta profesional impropia en esa asesoría o patrocino puede constituir falta ética y hasta delito, frente a ello hay mecanismos de determinación de responsabilidad que quien sea perjudicado puede activar."

En el desarrollo de la explicación normativa sobre el libre ejercicio y Derechos Humanos, expone que: El mismo instrumento plantea que las asociaciones profesionales deben “desempeñar la función esencial de velar por las normas y la ética profesionales, proteger a sus miembros contra persecuciones y restricciones o injerencias indebidas”.

Y pone en el conocimiento del público en general: Los Principios plantean además que “Los abogados no serán identificados con sus clientes ni con las causas de sus clientes como consecuencia del desempeño de sus funciones”, que es en nuestro país y en este momento el punto más crítico.

Y en la parte medular de sus argumentos: 

Dice además: "Quienes deben avergonzarse son los que desprovistos de argumentos, no tienen más recurso que atacar a los demás, ocultos tras un perfil de red social, los que ofenden de manera gratuita y cuestionan la integridad de quienes no conocen.

En duros términos defiende la institucionalidad: Es deleznable además, que en el extremo del ataque irracional, se trate de descalificar a las instituciones académicas u organizaciones profesionales a las que pertenezca el destinatario de ocasión del odio acérrimo."

Pero también hace un llamado de atención ante los prejuicios sociales: "Antes de denostar, esos ciudadanos acostumbrados a repetir cualquier cosa sin constatar su veracidad deberían informarse que Ecuador es un Estado democrático, con normas, debido proceso, y presunción de inocencia para todos."

La secuencia de tuits finaliza con una alerta hacia la institucionalidad: 

Coyunturalmente el razonamiento del catedrático puede convertirse en otro de los pilares que sostienen las irracionales arremetidas de ciertas nuevas sociedades virtuales, según lo expone Gabriel Zanotti en su conferencia "Libertad de expresión bajo ataque" y que como parte de sus expresiones asegura que:

"La libertad de expresión tiene su máxima garantía cuando estamos convencidos de que algo es verdadero si nos sometemos al pensamiento crítico y no lo imponemos por la fuerza".

Desarrollo del escenario que realiza Gabriel Zanotti, académico con un doctorado en Filosofía: