Páginas

10 de marzo de 2019

Bolón, chicharrón y café, mi dieta de supervivencia

Aprendí a fuerza de entrenamientos que ante probables situaciones adversas lo mejor es saber comer con anticipación y no cualquier comida. Con el paso del tiempo descubrí que lo mejor es un bolón de chicharrón y bastante café.


En ocasiones es bueno acompañar ese bolón de chicharrón con un huevo frito, un asunto de gustos.

Enfrentar problemas es una de las tareas más desgastantes que requieren total concentración y en la cual no es posible prever el momento de una nueva comida; enseñar disciplina al estómago se convierte en una medida de supervivencia.

Debo aclarar que mi gastritis me sobreviene en aquellos instantes en que los conflictos tienden a convertirse en una bola nieve pero siempre y cuando no haya comido aquella "pócima mágica" y los efectos que me producen.

Hablar del café sería como recaer en lo mismo que se menciona una y otra vez, pero siempre será necesario decir que me refiero al que que es para colar; aquel polvo llamado "soluble" no es café y produce problemas gástricos complicados. Antes de explicar lo del bolón:


Para mi el bolón no es gastronomía es comida, y de la gente del sector rural de la costa, de la que trabaja largas horas en la montaña y en que es indispensable mantener la sensación de estómago lleno, en que el calor y la humedad generan desgaste físico, en que no es fácil conseguir un restaurante.

Ese verde majado luego de frito o cocinado, al que se le amasa con la grasa caliente y sobrante de haber friturado a la carne de cerdo, al que se le agrega chicharrón hasta convertirlo en una bola, tiene la capacidad de demorarse en ser digerido, esas mismas grasas sirve de cobertura a las mucosas estomacales que se inflaman producto de los ácidos gástricos. Al menos es mi hipótesis porque mientras más grasas coma, menos frecuentes son los dolores de la gastritis y más efectivo es cuando atravieso momentos de tensión psicológica o cansancio producto de largas jornadas laborales tanto en casa como en la redacción.

Llevo en mi mente la experiencia que el soldado come y duerme mientras puede, porque pronto llegará el día en que ni coma ni duerma por más de 24 horas.

Bajo la dosis de bolón con chicharrón cuando el trabajo pueda visualizarse más como de oficina, de estar sentado sin mayor esfuerzo físico y -como nos decimos algunos- que no pase de simplemente ser un "aplastateclas"; es decir; a mayor actividad física y de presión psicológica más grande debe ser el bolón, la cantidad de café es la que bien pueda conseguirse.

Nunca sabré hasta cuando pueda seguir con esta dieta de supervivencia, pero aprovecharé cada uno de esos momentos en que pueda llevarme a la boca esa pócima de inimaginables poderes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario