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5 de agosto de 2020

Aún así, la voz de Katia sigue en mi mente...

La ancestral historia y la vigencia del machete están asociadas al ser humano desde su uso como herramienta campesina hasta el ser un arma con capacidad letal, pero también como una inspiración poética.


Este instrumento es parte de algunas culturas y por tanto merecedor de loas y poesías, de narraciones y cuentos, de sus usos, de su desconocido origen y sus mutaciones. En esta dualidad de imágenes conocí la voz de Katia Zambrano Sornoza y su melodiosa muestra de su significado.

La descripción de Toño Bellido alcanza otra dimensión: fuerza para cortar es fácil, pero cortar el destino oscuro y seguir adelante, es lo que corta el filo de mi machete...

Aún así, la voz de Katia sigue en mi mente...

Otros como Jorge Rodriguez Lagos han escrito cuentos infantiles:
Cierto día estando de espaldas, viendo hacia un lugar imaginario lleno de familias felices…donde el hambre no existía ONIX me tomo por sorpresa diciéndome:
– Papi ¿verdad que esto es un machete?
Inmediatamente pensé en el machete que guardo a un lado de la puerta y le respondí:
– si mi moi, es un machete ¡cuidadito se me corta!
– no papi, (responde) si no soy tonta, no mira que este no corta porque lo acabo de dibujar y no tiene filo.

Aún así, la voz de Katia sigue en mi mente...

Pero Ovidio Rincón lo pone en otra crónica. "En el cinto colgaba el machete; bajo el brazo su alegre guitarra. Llegó hasta mi lado, tranquilo y sereno; me clavó en los ojos su fiera mirada... Me dijo: ¿Me esperas? Le dije: ¡Te espero!Y ya no cruzamos más, ni una sola palabra."

Aún así, la voz de Katia sigue en mi mente...

Me sorprende Ave Asán:
Presto corrí a izar un machete,
Monópedo supuesto color moneda,
Sintagma nominal de característica punzante,
Cuya acción implosiva se derivó al final de una sílaba. 
Aún así, la voz de Katia sigue en mi mente...

Podría recorrer cientos y cientos de palabras que forman miles y miles de relatos, aún así, la voz de Katia sigue en mi mente y la escucho una y otra vez:



Autor: Rodrigo Chávez González 

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