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4 de abril de 2015

Puerto Cayo: un lugar al sur de Manabí que induce a desconectarse

Oportunidad para hacer turismo de relax
Un día mientras tomaba mi café de la tarde decidí mirar el atardecer en Puerto
Cayo, pero la imaginación mudo más. 
El diario vivir nos conduce siempre por caminos extraños únicamente cuando abandonamos nuestras costumbres, más aun cuando son aquellas que diariamente las cumplimos cuando estamos en una ciudad.

Hace poco tiempo decidí pasar una larga temporada en Puerto Cayo, dedicarme a trabajar sin seguir las costumbres urbanas que por mucho tiempo me acompañaron, sin que ello signifique que haya abandonado las facilidades que ahora nos brinda la Internet.

En mis tiempo de relax reviso lo que he publicado en los últimos años y entre esas está un post sobre este lugar en que ahora vivo, fue publicado en el blog Ruta Manabí hace casi un año y de allí lo traigo de regreso. Lo titulé: "Para no hacer nada, Puerto Cayo es ideal" y a continuación el texto:

La velocidad con que se vive gracias a la tecnología especialmente en las ciudades está obligando a que muchas personas busquen sitios en los que se puedan desconectar, pero si a este deseo se le suma el mar y la playa, la magia podría surgir.

Al sur de la provincia costera de Manabí se encuentra Puerto Cayo es, en la mayoría de ocasiones, un tranquilo pueblo de pescadores que tiene las facilidades para que la vida de turistas buscando tranquilidad sea una entera realidad.

Esta población, compuesta por cuatro espacios bien diferenciados: el pueblo, la ciudadela, el mar y la playa, espacios en que se conjugan las actividades humanas productivas, de descanso o de simplemente comer mirando el mar en primera fila.

En el pueblo está concentrada la gran parte de servicios como la tiendas de abarrotes, ferreterías, gasolinera, centro médico, farmacias y otros servicios públicos; además es el lugar en el que vive la mayor cantidad de pescadores y sus familias. Cruzando un puente a menos de 5 minutos, está la ciudadela en que se localizan las casas vacacionales o de playa, pero también existen servicios más orientados a los turistas y temporadistas.

Una extensa playa de no menos cinco kilómetros que va de norte a sur, que, así mismo, es un vínculo entre la ciudadela y el pueblo; con lugares que sirven de balneario y hacer deporte, para acostarse en la arena y dejar que el sol torne la piel café canela. O quedarse a la sombra de un parasol para que la maravillosa vista del mar impulse la mente a extrañas sensaciones.

Puerto Cayo no es lugar en que exista mucha diversión nocturna, lo catalogo como un lugar para no hacer nada, para escapar del mundanal ruido sin tener que desconectarse de la realidad, para dedicarse a leer en entera tranquilidad o para caminar por la playa hacia el piedrero, enfrentar la magnificencia de los acantilados y el reventar de las olas a flor de piel.

¿Comida y dormida? Pues sí, en Puerto Cayo existen muchos lugares para comer, teniendo como un agregado los pies tocando la arena o en un restaurante. Hay hoteles y cabañas con precios y gustos de quien llega para dejarse arrastrar por una noche sin ruidos, con una mínima actividad urbana, con una apacible y restauradora paz.

Esta es Puerto Cayo, un centenario pueblo de pescadores, que se encuentra en la costa manabita, que aun logra detener el tiempo para que el cuerpo y la mente se reencuentren como la mayor fortaleza y enfrentar el diario vivir.

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