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28 de febrero de 2022

Dilemas para pasar de la novela negra al periodismo

Al amanecer del 4 de febrero del 2022, me ganó el síndrome del papel en blanco. Estuve al menos una hora pensando en cómo empezar a escribir una nota periodística judicial y a pesar que los datos están allí no encontraba la manera de redactar sin que pareciese un documento redactado por un abogado.

Saltó entonces lo que en algún momento propuse: pensar como abogado pero escribir como periodista; aún así no fue suficiente; por esas "cosas del destino" en mi casillero electrónico estaba un correo con el asunto: "El papel del género policial en la obra de Roberto Bolaño", un documento de análisis del insigne novelista chileno. Y fui para allá. El panorama se despejó y tuve un momento "¡¡Eureka!!

Pero el tiempo fue pasando, la idea no cuajaba en una propuesta real concreta, que pudiese ser expuestas y argumentada desde distintas perspectivas para que las notas periodísticas no muten a espacios de la ficción o caiga en el escenario de las "Fakenews".

Así que pasé a la fase de lecturas empezando justamente con aquella que me sirvió como detonante.

Es un ensayo de Andrea Pezzè, Centro de Estudos Sociais da Universidade de Coimbra, en el que "se propone reflexionar sobre el papel del género policial en la literatura de Roberto Bolaño y en particular en 2666. El análisis se fija en las razones narrativas y culturales por las que, según nuestro parecer, el policial se vislumbra constantemente en la narrativa del chileno. El objetivo es demostrar que el género no representa una mera opción estética (huella de una fascinación por el arte marginal) sino una forma esencial de su obra." (Leer el ensayo)

No me resultó nuevo esta articulación de dos géneros literarios, pues me topé Javier Valenzuela, en su momento corresponsal de El País y escritor, entonces el panorama se clarificó más cuando racionalicé sus argumentos: "En cierto modo, pasar del periodismo a la novela negra es tan solo pasar de contar historias verdaderas a contar historias verosímiles. Las primeras tienen que ser demostrables con testimonios y documentos, las segundas solo tienen que resultar creíbles." 

El resto de los argumentos están en un artículo titulado Periodismo y novela negra y con lo allí expresado fui hasta mi otro blog, a la entrada que lleva como título "Lo verosímil existe en el discurso gubernamental" y en ella aseguro que la verosimilitud del discurso político filtra hacia la redacción de la información periodística y las redes sociales, con lo cual se crea el ambiente de verdad al ser replicado miles de veces.

Pero mi camino se complicó porque necesariamente debí entrar en un campo minado: los dilemas periodísticos; cada día, al momento de tomar la decisión sobre el enfoque de la nota, enfrentamos pequeños o grandes (grandes y pequeños) dilemas éticos, morales y prácticos. Y de ellos, quizás, el más complejo todos es cuando debemos respondernos ¿Para que servirá lo que escriba? 

Traigo a este espacio lo que mencioné en abril del 2021 en mi cuenta Twitter: Uno de los dilemas morales periodísticos comunes de esta era pandémica en #Ecuador es el de ser o no ser altavoces de las decisiones gubernamentales, por el riesgo que podría implicar una desestabilización política o despertar las furias de usuarios en redes sociales virtuales.

Pero el asunto pasa a otro escenario en el campo de la ética cuando encuentro en el libro Los relatos periodísticos del crimen, lo mencionando por Germán Rey: “Los periodistas, a diferencia de los detectives, no se preocupan por descifrar el delito; su misión es contarlo”. 

El crimen ha sido despojado de su contexto, abandonado como el mascarón de una embarcación en la que se insinúan algunos detalles de lo que fue, sin que se pueda concluir más que algunos detalles. Este despojo de la noticia sobre el delito a veces se ve interrumpido por la exacerbación de las patologías, las características de la víctima o del victimario o la tensión provocada en la sociedad. (Pág. 9 del mencionado libro)

Así que decidí afilar las lecturas sobre el género negro y policial, una a una fueron apareciendo las sugerencias hasta llegar a una de las que le llamo "escalas técnicas" para conocer al "Poe japonés". 

Pero aquí es necesario hacer un quiebre para mostrar otra opción para encontrar otras fuentes que alimenten la construcción de historias.

Decálogo para escribir novela negra

Cuatro autores de novela negra para una porteña de ensueño

¿Qué es la novela policial?

La novela negra, una mirada crítica desde 1929 hasta la actualidad

Realismo social y novela negra

"Durante la última década el escritor chileno Juan Pablo Meneses ha trabajado precisamente en esa dirección, a través de proyectos de lo que ha denominado “periodismo cash“. Primero se compró una vaca, la Negra, cuya adquisición, alimentación, exhibición, peluquería, transporte y despedida le permitió conocer a todos los implicados en la industria ganadera de la Argentina (y a través de ellos, explicar su país de adopción)." La no ficción más innovadora no es necesariamente tecnológica. Por Jorge Carrión.

Y otra apuesta a este temática la hace Diego Cornejo, en la entrevista publicada bajo el titular "Inés Aranda, la novela negra del periodismo y el poder" y una de las preguntas: ¿Esta novela es una metáfora del momento complejo del periodismo actual?

Sí, tiene que ver con la situación, es un reflejo como el de un espejo, con el eje vertical invertido. El reflejo puede ser una mentira: esta novela, por su propia naturaleza es una mentira que permite llegar a la verdad. La novela, como ficción, nos permite llegar a la verdad. En toda novela corremos riesgos como escritores, no sé si esta propuesta funcione con éxito, ese es el riesgo que tomo. 

Hasta aquí es posible llegar a la conclusión que es una muy buena opción este tipo de narrativa. Pero cual es el pero: redactar una nota periodística se aleja de escribir una novela, por tiempos y pertinencia. Regreso entonces a los dilemas.

Un caso práctico lo pone en escena José María Muñoz Terrón cuando analiza Frente a secreto (estatal), privacidad (personal) y transparencia (pública), en su ensayo ¡Abajo el secreto, viva la privacidad! Dilemas mediáticos en el asunto Snowden. (Descargar en PDF)

Concluye: "En términos sociales, culturales, éticos y políticos, ni la privacidad, ni la publicidad están solas, como bienes a defender, a proteger y a cultivar. Las tensiones cruzadas entre principios y valores (privacidad, publicidad, secreto, transparencia, anonimato, visibilidad, confidencialidad, derecho a la información) que el análisis de los dilemas de la esfera pública, del activismo y de los medios esbozado en este trabajo pone de manifiesto apuntan a que esta ética del cuidado de y con la comunicación ha de ser también una ética de la responsabilidad, centrada en el respeto a las personas."

Y voy con un ejercicio práctico que bien se puede adaptar a diferentes situaciones por las que atravesamos en las salas de redacción: 

Un periodista va a realizar un reportaje a pueblos indígenas en el Amazonas. Una vez ha llegado a la selva, es secuestrado por una tropa de guerrilleros que lo dirigen hacia su campamento. Los secuestradores tienen allí a otras diez personas. El jefe, entregándole una pistola al periodista le dice: “Si matas a una de estas personas dejaré libres a las otras nueve, si no lo haces, mataremos a los diez”. ¿Qué debe hacer el periodista? (Tomado de 5 dilemas éticos + 1 efecto psicológico de la filosofía)

Mi conclusión: es indispensable que los periodistas desarrollemos nuevas formas de narrar las noticias, esto frente a la "competencia" que significan las informaciones que ruedan en las redes sociales virtuales y la necesidad de cada día captar más lectores; pero este esfuerzo será válido siempre y cuando el público tenga claro que lo narrado no es ficción, sino el panorama más próximo a la realidad. Y en paralelo necesitamos tener credibilidad.

Pero lograr que este objetivo se cumpla no es un trabajo en solitario, pues se requiere de un grupo de periodistas que compartan la idea para transformarla en un conjunto de planes, entre ellos un comunicacional y un manual de estilo adaptable a la característica de cada profesional que está en mundo de redactar noticias.

 Nota al margen: leer La serialidad narrativa como estrategia editorial de Héctor Fernando Vizcarra.

LECCIÓN DE SUPERVIVENCIA 148

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