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11 de mayo de 2019

Preguntas Venenosas: del periodismo real a la novela periodística

¿Quién es la doctora Peggy Hidalgo? la mujer de senos pronunciados que investiga el asesinato de aquel presidente durante una entrevista, pero que también "sería ideal para un programa de farándula en televisión."

Este personaje aparece en Preguntas Venenosas, una novela que juega entre el género negro y el histórico, ambientada en un Ecuador en que fácilmente se conjuga o se confunde lo político con la crónica roja.

Quien da vida a la Dra. Peggy es el periodista Rafael Cuesta Caputti, un crítico exreportero, director de programas de opinión y actual radiodifusor, con la novedad que es él mismo protagonista en su obra; la antesala del crimen y las investigaciones son expuestas en primera persona y conducen al lector por una trama muy parecida a las que aparecen en los noticieros cada día.

Rafael narra la manera cómo llegó a un set de televisión aquel mandatario, su tocayo, que gobierna la nación sudamericana y que una de sus características es la confrontación con los medios de comunicación privados cuestionadores de sus decisiones.

Cuatro conocidos entrevistadores, todos de la televisión, han sido convocados para preguntar lo que quieran... el detalle de preparar este tipo de espectáculos queda evidenciado en cada uno de los párrafos de la historia. Empieza la entrevista y toma un giro inesperado que finalmente termina con el cuerpo convulsionado del Presidente sobre el piso, sin que las cámaras dejen de trasmitir el acontecimiento único para la teleaudiencia.

El narrador no deja escapar lo que ocurre en el set, es como si tuviese la habilidad de recorrer los acontecimientos de cada segundo, en diferentes planos, entre el inicio de la agonía de un ser humano que ha sido envenenado y el aparecimiento de la Dra. Peggy.

Entonces empieza una especie de vía crucis para el periodista - protagonista porque se convierte en el primer sospechoso del crimen, claro: según la policía. El arresto, los agentes, el cuarto secreto de interrogatorios, los métodos para lograr la confesión, las intimidades de estos procesos investigativos, son expuestos al lector... puede que lo aseverado sea producto de la imaginación del escritor, pero en eso consiste la novela histórica. Incluye un capítulo en que trasladan al sospechoso a la cárcel más famosa del Ecuador: La Roca.

Lo que ocurre en ese centro penitenciario de máxima seguridad, merece una especial atención, pues en ella es que se guardan los mayores secretos del sistema con el que funciona el crimen organizado, considerando que es bajo la perspectiva de la trama en esta novela entretenida y que tiene las características de una crónica periodística.

Ninguna de las vivencias de Rafael Cuesta (el protagonista) son independientes del acontecer político relacionado con el entorno de aquel Mandatario asesinado, sus más allegados amigos y ministros, da la impresión que se estuviera leyendo los periódicos con las noticias que supuestamente son importantes para los medios de comunicación.

Nada está suelto en esta novela, todo tiene un hilo conductor y es decisivo hasta llegar a descubrir al asesino; aunque lleven otros nombres, quienes están familiarizados con los acontecimientos de la llamada "década ganada", descubren de quienes se tratan en la vida real... menos de la Dra. Peggy y su voz chillona.

En el género Negro siempre se puede imaginar quien es el criminal y hasta es parte de una suerte de adivinanza, a la final siempre puede ser cualquiera de los personajes inmersos en la obra, pero lo que sorprende siempre es la forma en que se planificó y ejecutó el crimen; Rafael Cuesta (el escritor) no es ajeno a esta realidad y al final relata una novedosa forma de hacer que un funcionario altamente custodiado y de seguridad extrema, caiga en una trampa.

Lograr la excarcelación de Cuesta (el protagonista) es también un acto político más que jurídico, pero gracias a un sistema de información y contactos que bien podría pensarse que se trata de un agente secreto y que necesita que lo extraigan del lugar de la operación.

Preguntas Venenosas es una muy buena apuesta literaria en el mundo de la Novela Negra, un género que aún no ha logrado calar en los escritores ecuatorianos y que buena falta le hace; además, es un aporte a otro tipo de narrativa que rompe el mito del "realismo mágico" para incursionar en la novela periodística.

Y así, el final de la narración coincide con el inicio de otra de las tramas políticas que pueden llamarse de las más oscuras y emblemáticas, justamente, relacionada con el periodismo: Javier, Paúl y Efraín.

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