Un término está latente en el discurso político ecuatoriano con fuerza viral: "atrasapueblos". Usado por prefectos, alcaldes, asambleístas y hasta el Presidente en épocas pasadas y presentes; esta palabra se ha convertido en una herramienta retórica para deslegitimar críticas, oposiciones o demandas ciudadanas. ¿Qué significa realmente? ¿Es una acusación objetiva en contra del progreso o una muletilla irracional para deslegitimar el control social? Claro que también puede ser parte de la reacción agresiva y sarcástica para mostrarse incuestionable.
Con el artículo pretendo desglosar este fenómeno político y proponer parámetros medibles para no caer en su trampa polarizadora o una forma de insulto evasivo; porque en un país donde la pobreza afecta al 27% de la población, con una baja calidad de servicios públicos y una delincuencia incontenible, etiquetar al disidente como "enemigo del pueblo" no resuelve nada: solo frena el verdadero diálogo.
Parto, entonces, de la identificación de "político agresivo" puede asegurarse que es quien adopta un estilo de comunicación y comportamiento belicoso, combativo, impositivo o violento, expresando sus ideas de forma pendenciera, a menudo con un tono alto o irónico, de exigencias, victimizante y provocaciones. Este tipo de política puede incluir la expresión de sentimientos negativos de forma abierta, en contraposición a la comunicación pasivo-agresiva, donde se actúa de manera indirecta. (Manuel Balsera Fernández)
Estamos en un punto en que ya no se le puede decir inepto al funcionario que hace todo mal, ni cuentera a la que solo dice embustes de su gestión. En fin, la obligación amenazante de la corrección política de estos tiempos.
Al dar seguimiento al uso de esa expresión he podido identificar un patrón retórico: sirve como muletilla deslegitimadora, en lugar de responder con datos o argumentos, se etiqueta al crítico como alguien que no permite el desarrollo social y económico. Es similar a otras frases que también se repiten como reacciones: "vieja política" o "banderas políticas" o "los mismos de siempre", pero más agresiva y personal.
"Atrasapueblos" no es solo una palabra: es síntoma de una política que prefiere lealtades a soluciones, que no es para quienes son parte del Comité de aplausos. En un Ecuador, con crisis en gobiernos locales, vialidad deteriorada, corrupción y violencia, necesitamos menos etiquetas y más indicadores.
Propongo, en este punto, un conjunto de señales que permiten identificar el uso políticamente virulenta de esta expresión:
Pregunta: ¿La crítica etiquetada como "atrasapueblos" propone alternativas viables o solo bloquea?
Indicadores medibles: ¿El "progreso" defendido reduce desigualdad (IDH por cantón), mejora seguridad (reducción de asaltos y crímenes) o aumenta empleo formal? Si no, el acusador podría ser el verdadero "atrasapueblos".
Contexto local: en los cantones ¿se usa para silenciar quejas sobre obras inconclusas o corrupción en los gobiernos locales?
Por tanto, la próxima vez que escuche "atrasapueblos", la pregunta obligada es: ¿Qué dato verificable lo sustenta? ¿Qué propuesta lo contrarresta?
Ahora bien, puede tener una variante con "atrasa pueblos" (separado); para este caso se la puede definir como la acción, política o decisión que genera retroceso medible en el bienestar de comunidades locales, por ineficiencia, corrupción o falta de visión. A diferencia de la anterior, es corregible y no define identidades. Nótese que la palabra "medible" es la piedra angular de esta descripción.
En el siguiente cuadro se plantea un esquema comparativo de las dos expresiones:
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Aspecto |
Atrasapueblos (una palabra) |
Atrasa pueblos (separado) |
|
Estructura |
Compuesto nominal, como un sustantivo propio (Ejem.
"los atrasapueblos"). Más peyorativo y etiquetador. |
Verbo + sustantivo ("atrasa" en tercera
persona + "pueblos"). Describe una acción, no una identidad fija. |
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Tono
y uso |
Despectivo y absolutista. Implica que la persona es
un obstáculo inherente, no solo que actúa mal. Absolutista y
demonizador. Inherente, no corregible. Usado por funcionarios para evadir
debate. (Ejem. "Esos atrasapueblos no
quieren progreso"). |
Más descriptivo, matizable, temporal, debatible y
neutral. Señala que una acción o postura retrasa a los
pueblos. (Ejem. "Esa política atrasa pueblos al ignorar la
realidad local"). |
|
Ejemplos
en discurso |
"No escuchemos a los atrasapueblos que
critican sin proponer." contra ciudadanos que piden transparencia en
obras públicas, servicios y gestión. |
"Oponerse por oponerse atrasa pueblos."
(Menos común, pero aparece en análisis críticos o periodísticos). Permite
contraargumentar: "No, esa medida es la que atrasa pueblos". |
|
Ventaja
retórica |
Crea un "enemigo" fácil de demonizar.
Facilita polarización y lealtad grupal (Comité de aplausos). Ataque ad hominem. Evita responder: "No discutamos,
eres atrasapueblos". |
Invita a debate sustantivo. Más difícil de usar como
ataque ad hominem. (Ejem. ¿Por
qué atrasa? Veamos indicadores.) |
|
Ventaja para
quien lo usa |
Polariza y une
al "nosotros" vs. "ellos". Viral en redes. |
Permite
autocrítica: "Mi propia política podría atrasar pueblos si no se
ajusta". |
|
Frecuencia
actual |
Dominante declaraciones oficiales para resistirse a
rendir cuentas o cuando el escenario político no les es favorable. |
Rara en discurso oficial; más en opiniones
independientes o correcciones gramaticales. |
La versión junta es más tóxica porque reduce al crítico. La separada abre la puerta al debate. Gramaticalmente, "atrasa" es correcto (verbo "atrasar" + "pueblos"), pero la fusión gana por impacto emocional.
Pero recordemos que en la jerga política ecuatoriana "atrasapueblos" es una herramienta para la descalificación que transforma cualquier disenso en un imaginario de traición al desarrollo nacional o local. La versión separada permite un análisis más objetivo, que permite acceder a métricas reales de "progreso o desarrollo" y, sobre todo, da señales de ser respetuoso con la Democracia.
Contextos y orígenes
El término "atrasapueblos" es una muletilla arraigada en la retórica política ecuatoriana desde al menos la década de 2010, usada para desacreditar a quienes cuestionan políticas impuestas desde el poder.
En un blog crítico de 2013, por ejemplo, se denuncia su empleo por el gobierno de Rafael Correa para etiquetar a opositores de avances tecnológicos y económicos como defensores de un neoliberalismo "atrasado" de los 80 y 90, ironizando que tales acusaciones ignoran retrocesos propios, como la dependencia petrolera de los 70 o la fallida sustitución de importaciones inspirada en ideas de la CEPAL de mediados del siglo XX (La República EC, 2013).
Esta práctica temprana ilustra cómo "atrasapueblos" ha servido históricamente para suprimir el debate, transformando críticas legítimas en ataques al "bien común", un patrón que persiste y se intensifica en contextos locales de desarrollo urbano y rural.
De otro lado, la variante separada "atrasa pueblos" resalta su rol como acusación descriptiva de acciones obstructivas, a menudo en defensa de proyectos públicos que permite contrargumentaciones.
En un análisis más reciente sobre oposición a obras en Guayaquil y Durán, se califica de "atrasa pueblos" a un operador de justicia que impulsó un amparo contra la Metrovía (sistema de transporte moderno con permisos legales de la Municipalidad y Patrimonio Cultural), argumentando que tales bloqueos reviven ilegalidades morales y artificiales, como la remoción de bustos históricos sin controversia equivalente para figuras foráneas (Ecomundo).
Este ejemplo muestra cómo la forma separada facilita un llamado a la acción ciudadana, urgiendo a "despertar" contra opositores al progreso, pero sin diferenciar entre disenso fundado y obstrucción pura.
En definitiva
"Atrasapueblos" no solo describe retrocesos, sino que invisibiliza responsabilidades de los funcionarios en un Ecuador donde las obras están paralizadas o mal ejecutadas o tienen evidencias de anomalías en la transparencia; además, refleja el contraataque político a los ciudadanos que exigen explicaciones debida y legalmente sustentadas.
Lecturas complementarias
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| Los votos dan obligaciones no inmorales superpoderes |
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| Comité de aplausos, parte del clientelismo político |
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| El poder político es un recurso público |
Datos sobre el autor:
Canal de vídeos: https://www.youtube.com/@RaulZavala




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