Y efectivamente fue publicado mi artículo titulado que pongo a su consideración amable lector:
Con el pasar de los días pueden sentirse los coletazos del origen para la derogatoria del Decreto Ejecutivo 883 en Ecuador y uno de ellos está en la disminución de la velocidad de acciones para atraer inversión privada y ampliación del comercio exterior. Este escenario complica al menos tres pilotes de los recursos económicos.
Uno. Son evidentes los requerimientos de dinero del Gobierno tanto para gasto corriente como para inversión, involucra culminar y mantener proyectos de infraestructura social y productiva.
Dos. La necesidad de generar plazas de empleo en todos los
niveles como en distintas particularidades, que significa la calidad y cantidad
de ingresos que requieren los trabajadores, públicos y privados, con fines de
ahorro personal para satisfacer sus necesidades, así como para invertir en el
buen uso del tiempo libre.
Tres. El sistema productivo tanto para el mercado nacional
como internacional redujo sus expectativas en cuanto al ritmo de sus ventas y
la innovación, además de acelerar los planes en la reducción de costos.
En lo personal considero que este tercer pilote es la piedra
angular de los dos anteriores y con mayor relevancia en las exportaciones como
parte relacionada con el comercio exterior, que para fines de este artículo se
excluye lo hidrocarburífero en vista que se requiere de otro análisis de tipo
político y ambiental mucho más al detalle.
En esta línea, la fortaleza nacional está enmarcada en lo
agropecuario y los productos de mar, muy por encima de artículos
industrializados, de servicios que incluye al turismo receptor.
En consecuencia, el problema es: ¿Cómo repotenciar las
exportaciones considerando que los resultados se miden a mediano y largo plazo?
Pregunta que tiene una primera respuesta en el sistema de gobierno:
La política nacional para el comercio exterior bien podría
convertirse convertirse, más allá de los papeles y los discursos mediáticos, en
la punta de lanza y mano derecha de la Función Ejecutiva, además de evidenciarlo
públicamente como una operación estratégica en la economía nacional. Quizás el
Ministro de Comercio Exterior siempre deba aparecer sentado junto al
Presidente.
Por su parte, la Función Legislativa tendría que acelerar la
generación y adecuación de un marco legal productivo alejado del populismo,
mucho más cercano a la competitividad y la seguridad jurídica, sin descuidar
las proyecciones de un mundo cambiante; en otras palabras: legislar para el
futuro. Quizás pueda estructurarse una comisión legislativa con asambleístas
especializados en producción y exportaciones.
Una segunda respuesta: fortalecimiento técnico -
comunicacional de la inteligencia comercial o inteligencia de negocios, considerando
uno de los postulados de Avinash Kaushik: sólo podremos tomar decisiones
acertadas si sabemos analizar e interpretar datos.
Esta actividad debe concentrar su atención en la obtención, reunión, sistematización y análisis de la información específica referida a los acontecimientos, amenazas, peligros y conflictos que puedan impactar en la producción nacional, así como la probable limitación del acceso a los mercados internacionales. Quizás sea posible consolidar un buró de inteligencia y comunicación estratégica.
Esta actividad debe concentrar su atención en la obtención, reunión, sistematización y análisis de la información específica referida a los acontecimientos, amenazas, peligros y conflictos que puedan impactar en la producción nacional, así como la probable limitación del acceso a los mercados internacionales. Quizás sea posible consolidar un buró de inteligencia y comunicación estratégica.
Por tanto, el Gobierno, lo legislativo y el sistema privado
siempre podrán tomar decisiones para prevenir y disminuir los riesgos, así como
adelantarse a las oportunidades que el mercado ofrece constante y rápidamente.
Quizás una sola decisión política drástica podría dar un
giro indispensable en el recurso económico - estratégico llamado exportaciones,
con beneficios humanos directos y colaterales en un rango superior a lo previsto
en las últimas generaciones. ¡Quizás!
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