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28 de octubre de 2019

Origen, mitos y simbolismo de la boina militar

El 29 de octubre de cada año en Ecuador se conmemora el Día del Paracaidista militar, de aquellos que se ganaron la Boina Roja con el ala, que simboliza desde su origen el valor, el atrevimiento y la intrepidez.

La historia establece que en la población de Muey, el 29 de octubre de 1956, cerca de Salinas, ocho oficiales y 27 voluntarios del Ejército, al mando del entonces capitán Alejandro Romo Escobar, a quien se le considera como pionero y padre de los soldados de la boina roja, se realizó el primer salto en paracaídas desde un viejo C-47 de la Fuerza Aérea Ecuatoriana.

Este grupo de hombres son los precursores de las Fuerzas Especiales.

Tomado de "El libro de oro del paracaidismo ecuatoriano"
Bastante se ha escrito sobre los inicios de los paracaidistas militares, pero siempre será poco en vista de sus trabajos en la guerra y en la paz, en el significado que tienen para el resto de unidades en todas las Fuerzas Armadas, todo ello enmarcado en el esfuerzo y el misticismo.

Viene al caso contar que, en 1995, estos comandos del Ejército pasaron se estructuraron en los agrupamientos tácticos “Carlomagno Andrade” y “Miguel Iturralde” y fueron los que combatieron en la Guerra del Cenepa.

Debido a la importancia de esta especialidad, ahora tanto la Armada como La Fuerza Aérea tienen entre sus contingentes a paracaidistas con las respectivas alas en sus boinas y uniformes.

Una de esas crónicas es "Legión de la vieja calavera" que la escribí en el 2008, teniendo como epílogo la "Oración del paracaidista" y cuyo texto fue reproducido en un foro militar

Siempre será importante conocer el contexto de la boina y es el tema central de esta entrada, pero revisemos en esa temática otro dato:

En la tercera semana de junio recibí un mensaje en que se informaba que el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas realizaría un homenaje a quienes terminamos con éxito el curso propósito especial PUMAS, una especialidad militar que tenía como distintivo la boina verde con un logo dorado sobre fondo rojo.


La graduación de la IV promoción de este curso fue en agosto de 1985, luego se completó con el entrenamiento de paracaidismo de combate en la Brigada de Fuerzas Especiales No. 9 en la Latacunga, con lo cual fue posible acceder a la boina roja; luego llegaron otros cursos para completar la instrucción y estar listo o para el combate o para apoyar misiones especiales no bélicas.

El tiempo ha pasado y con la oportunidad de volver a lucir las boinas, me pregunté sobre su origen y razón para ser distintivos en soldados de fuerzas especiales; la verdad es que al buscar la respuesta me encontré con que esa prenda es mucho más significativa de lo que se cree.

Otro entorno histórico, el paracaídas se inventó antes de la Primera Guerra Mundial como recurso de salvación de los pilotos y con esta práctica hubo alguien que pudo mirar otros usos militares para este equipo.

Con este y otros antecedentes y como parte de la estrategia de los ejércitos involucrados en la Segunda Guerra Mundial, se entrenaron a grupos de soldados para que cumplan misiones detrás de las líneas enemigas, para ello fueron contingentes rusos, ingleses, alemanes y norteamericanos que tuvieron un entrenamiento especial.

En Inglaterra de fundó el Special Air Service, más conocidos por su sigla SAS, por su parte los norteamericanos dieron vida a los Rangers, mientras que los alemanes tuvieron la unidad Friedenthal; además los soviéticos en 1950, crearon a los comandos Spetsnaz. A todos ellos se los identificó con un color específico de sus boinas.

En la búsqueda del origen de la verde militar me encontré que fue propuesta como prenda oficial por los capitanes Herbert Brucker y Roger Pezzele del 10th del Special Force Group, Airborne, en cuya difusión colaboró el escritor Robin Moore; además, existe la película del mismo nombre protagonizada por el John Wayne. La canción de este grupo de fuerzas especiales fue escrita por el Sargento Barry Sadler cuando se recuperaba de una herida de guerra en Vietnam.



La historia militar de Estados Unidos asegura que fue el presidente John F. Kennedy, que quien autorizó su utilización de forma oficial en la normativa del uniforme el 10 de diciembre de 1961, luego de casi dos décadas que oficiales realizaron gestiones; el hecho quedó registrado en una carta datada el 11 de abril de 1962, cuando el Mandatario calificó a la boina como un símbolo de excelencia, un distintivo de valor y una marca de distinción en la lucha por la libertad.

Regresemos más aún en el tiempo para conocer las razones de la utilidad de esta prenda de vestir, que de alguna manera es una amalgama de significados tanto en la moda, como en el arte y los aspectos revolucionarios de América Latina, que se mantiene vigente en cada capítulo de la historia.

Se la define como un gorro sin ala y que cubre solamente el cuero cabelludo, es generalmente confeccionada en lana o fieltro porque es un tejido que se hace prensando lana húmeda, que además permite otros usos además de lucir como un distintivo.

Es posible asegurar que las boinas tienen características que las hacen atractivas para la milicia, pues son baratas, se pueden fabricar en una amplia gama de colores, se las enrolla para guardarlas en un bolsillo o sujetarlas a los uniformes, también en la comodidad para usar con auriculares particularmente en las tripulaciones de vehículos blindados o la comodidad de usar debajo del casco.


Pero fue durante la Guerra Civil Española entre 1936 – 1939, que se generalizó el uso de la boina roja, únicamente en el bando nacional, teniendo como antecedente las guerras carlistas en el siglo XIX.

En esta aventura de conocer la vida de la boina, encontré un pasaje relacionado con el ejército inglés que combatió en el norte de África pues los soldados empezaron a usarla luego que desecharon el sombrero de alas anchas modelo sudafricano-australiano porque sus alas anchas proyectaban demasiada sombra sobre los hombros, facilitando la puntería de los tiradores alemanes.

Otro de los mitos-verdad se construyó desde 1958, cuando los paracaidistas no eran sino una minoría de la milicia francesa, pero una minoría activa que logró convertirse gracias a sus victorias en las guerras de Indochina en un verdadero ejército dentro del ejército; cuentan que fue casi una secta con sus propios ritos más un fuerte sentimiento de superioridad.

Los cronistas aseguran que “Las órdenes de sus jefes debían ser avaladas por sus subordinados antes de ser ejecutadas.” Eran los “paras” que usaban la boina roja. (Tomado de “La misión militar francesa en la escuela superior de Guerra y los orígenes de la Guerra Sucia, 1957-1962”).

Jean-Marie Le Pen en 1954, cuando era oficial del 1er Batallón de paracaidistas de la Legión Extranjera en Indochina. (Foto de archivoshistoria.com
Y así una a una pueden recolectarse cientos y seguramente miles de historias sobre los paracaidistas militares ecuatorianos y que bien valen irlas recolectando de la memoria de quienes aún son protagonistas y aún son testigos vivos de esos momentos insignes de las Fuerzas Armadas del Ecuador.

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