En el 2007, Albertt Guasch Rafael aseguró que "Las noticias falsas son un negocio. Por eso, cada vez más noticias falsas utilizan titulares llamativos: así se comparten más veces por las redes sociales y generan más ingresos para sus creadores." Que bien puede ser otra de las aristas de las noticias falsas en esta "Covid-era".
En lo personal considero que los periodistas caemos en la falla de publicar noticias falsas o ser parte de las "fakesnews" cuando no revisamos más allá de la superficie de los temas que son de interés público. Un ejemplo lo publique con el titular "Lecciones de pseudociencias y periodismo".
Esta entrada viene a propósito de las recomendaciones realizadas por Diego Cazar Baquero, cuando en Ecuador estábamos a una semana de haber empezado la cuarentena y en los medios de comunicación comenzamos a minimizar los riesgos de los equipos de cobertura.
El colega comienza una serie de tuits así: Desinformar, alarmar o ser indiferente ante la desinformación es un acto cómplice y solo nos daña irreparablemente. En tiempos de #CoronavirusEcuador eso me parece hasta criminal. Hoy viví un episodio que quiero compartir: (HILO).
A continuación escribió: Dos colegas periodistas reconocieron que no habían confirmado si esos videos correspondían o no a lo que se comunicaba en sus tuits, decidieron quitarlos de sus TL y nos despedimos en paz...A algunos de quienes retuitearon esos videos me tomé el tiempo de escribirles por interno pues son amigos o colegas. Les pregunté si sabían sobre el origen de los mismos. Pero nadie. ¡Nadie, ninguno de ellos lo sabía a ciencia cierta!— Diego Cazar Baquero (@dieguitocazar) March 26, 2020
Y complementó esta historia: Otros, en cambio, reaccionaron con epítetos. Si yo no hacía lo mismo sería "tibio", si yo siendo periodista no "denuncio" estoy encubriendo violaciones de DDHH, que "así es en general" y "no importa que los videos no correspondan", palabras más, palabras menos...
E hizo un comentario: Claro, es una desgracia que la clase política (con sus trolls asalariados y sus perfiles falsos en vendetta continua) haya sido durante más de 10 años y hasta hoy, el peor ejemplo para entender que la ciudadanía digital es necesaria y es responsabilidad de todos...Difundir información falsa, rumores, declaraciones amarillistas, titulares sensacionalistas que no hayan sido verificados es irresponsable, implica complicidad, incluso con determinados grados de ilegalidad en materia de derechos digitales...— Diego Cazar Baquero (@dieguitocazar) March 26, 2020
Y finalizó esta lección:
Días después la situación se complicó con la alta difusión de estas mal intencionadas informaciones, al punto que el Gobierno aseguró que se trataba de un proyecto para la desestabilización institucional; sin embargo fue el periodista Arturo Torres quien publicó una investigación al respecto:Gracias sinceras a mis colegas que respondieron a la altura a mis mensajes por interno. No soy amigo de exponer a nadie, y mucho menos a quienes aprecio. Gracias también a quienes prefieren la arrogancia y la prepotencia, porquedeudstambiénseráelreinodeloscielos...😉😘— Diego Cazar Baquero (@dieguitocazar) March 26, 2020
En uno de los párrafos hace esta descripción: En Ecuador hay una guerra sostenida de desinformación, al parecer protagonizada por dirigentes del correísmo y una estructura organizada con centenares de colaboradores, a diferentes niveles, y 6.000 replicadores continuos, militantes de ese movimiento.Las 13 campañas de desinformación orquestadas por el correísmo en redes buscan desmoralizar a médicos, policías y militares. Quieren torpedear el manejo de la crisis humanitaria del #Covid-19Ec. En esta investigación mostramos a sus cabezas y operadores. https://t.co/HQEHj1F46M pic.twitter.com/NnrbhNKr7H— Arturo Torres (@Cascabelito09) March 30, 2020
Ante esta y otras realidades irreales, en Ecuador está en marcha un proyecto de verificación de los datos que circulan por las redes sociales y los sistemas de mensajería instantánea, que ya es parte de una operación internacional:
Al inicio la página establece las instrucciones para el chequeo: Frente a la “infodemia”, la difusión de rumores y noticias contenidos falsos, los chequeadores de Latinoamérica nos aliamos para compartir la información que producimos y, al unir esfuerzos, brindar mejor información a nuestras comunidades. Las desinformaciones que circulan en muchos casos son las mismas en distintos países y poder contar con el trabajo de otros ayuda a desmentir más rápidamente las falsedades y evitar su propagación.Igual que el #coronavirus, la desinformación en tiempos de cuarentena no entiende de fronteras. Por eso, 21 organizaciones de fact-checking de 15 países de la red #LatamChequea nos unimos para luchar contra la desinformación. Ingresa a 👇https://t.co/F0UEmbCtpG— Ecuador Chequea (@ECUADORCHEQUEA) April 2, 2020
Con un pedido: Las notas que están publicadas en esta base pueden ser reutilizadas libremente siempre que se cite y ponga el link a la nota original.
En agosto del 2019, la publicación La Verdad, incluyó en su edición No. 372, un artículo de mi autoría en el que aseguro: Las “noticias falsas” se han convertido en la mayor amenaza para las sociedades y en paralelo existe una profundización en la libertad de expresión e información. ¿Qué es lo que está ocurriendo en este ecosistema?
Fernando Vega, Comscore Social Manager para América Latina: "... ante la pandemia ocasionada por el coronavirus, los medios de comunicación tradicionales han recuperado la credibilidad con la que contaban en tiempos pasados pues ante la crisis sanitaria, las fakes news y la desinformación ha comenzado a reinar en la red, gran oportunidad para que la televisión, la radio y la prensa se posicionen como medios de comunicación confiables y veraces."
El 6 de marzo de 2020 me hice esta pregunta: Luego del Covid 19 ¿qué haremos los periodistas? y ahora, luego de expuesto en los párrafos precedentes, las respuestas que ofrecí en ese momento tienen un limite necesario de traspasarlo: perfeccionarnos para desmentir o confirmar el sinnúmero de informaciones (oficiales y fakes) que seguirán apareciendo, porque se lo debemos a quienes comenzaron a creer nuevamente en este oficio.
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