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26 de febrero de 2012

Hipótesis no comprobadas sobre el caso El Universo

Las últimas semanas es el tema del día en cualquier conversación, a cualquier nivel, pues ni los medios de comunicación públicos, gubernamentales y privados, incluyendo las redes sociales, ha dejado de informar y comentar sobre la confirmación de la sentencia a El Universo en el juicio seguido por Rafael Correa.

Es inevitable escribir un artículo en que refleje mi posición sobre este tema, que se sume a los ya miles y miles que existen y se han publicado, tanto a favor como en contra, también hay los de incredulidad; este post lo escribo cuando se conoce que es probable que el Presidente Correa decida ‘perdonar’ a El Universo.

En realidad para saber si es que los jueces que fallaron y que son acusados de pertenecer a una corte_correista, habría que leer todo el proceso, igual para darles la razón si es que efectivamente fueran independientes. Pero no voy a juzgar a los jueces.

Tampoco creo que sea importante lo que Emilio Palacio escribió en la columna y que ‘obligó’ a Rafael Correa iniciar, en su calidad de ciudadano ecuatoriano, una demanda contra él y el medio que lo publicó. Además, que importa que los jueces hayan puesto en vigencia una expresión meramente jurídica de la que muchos nos hemos burlado y tal vez otros ni la entiendan como es la de ‘autor coadyuvante’, ni la velocidad o lentitud del juez Paredes en redactar la sentencia.

Y en este juicio, uno a uno han saltado los argumentos para que la sociedad en general tenga nuevos temas de comentario y poco a poco se olvide del origen del problema; por ejemplo: a quien, como un simple ciudadano, no le habría gustado ganar un juicio a cuatro personas y en ‘combo’ por 40 millones de dólares, en un proceso que duró  desde el 22 de marzo del 2011 al 16 de febrero de 2012, en que se ratifica la sentencia, pero no se la ejecuta.

Comentan y hasta sostienen que 40 millones de dólares es bastante dinero y que no tiene parangón en la vida jurídica en estos casos. Eso no lo puedo justipreciar yo. No soy abogado y nunca he tenido esa cantidad de dinero y creo que como simple ciudadano que no puedo pagar un buen abogado, no lo tendría nunca.

Algo conozco de las interioridades de algunos medios de comunicación. Tal vez muy poco de El Universo, a lo sumo su capacidad de distribución, la calidad de su información (por ahora no la valoro en buena o mala); sobre Emilio Palacio, solo lo que escribía mucho antes que Rafael Correa sea Presidente; por lo que desde mi punto de vista, El Universo es un medio de comunicación social que logró su espacio entre miles de lectores y que perdió a otros también. Mi relación con El Universo ha sido de lector.

Mi interés por el juicio es que luego de haberlo seguido, mirando y leyendo los medios privados, públicos y gubernamentales, con tranquilidad pude plantearme una hipótesis: la sentencia a Emilio Palacio, El Universo y sus directivos, interpuesto por Rafael Correa, es una venganza personal en que para consumarla se pudo haber usado el poder político que la anterior y actual Constitución entrega a quien ejerce las funciones de Presidente de la República del Ecuador.

En qué trato de sustentar esta hipótesis. Si es que no me falla la memoria, fue Emilio Palacio una de las primeras personas que desafío o cuestionó en público a Rafael Correa. Este hecho está registrado en algunas web’s y he logrado conseguir una transcripción: Rafael Correa expulsa a periodista de conferencia.

Tengo la impresión que fue en ese momento que la espina quedó clavada. Puedo reconocer la virtud de quienes están en el poder central y la capacidad de planificar por escenarios, para ello, tal vez dispongan de una muy buena información, así como la fuerza comunicacional para obtener datos estadísticos públicos y privados. Tal vez un primer intento de venganza o tal vez un globo de ensayo ocurrió cuando Emilio Palacio también fue ‘perdonado’ por el caso del artículo Camilo El matón.

Y se tuvo la paciencia para estudiar bien el caso y esperar el momento oportuno, o tal vez para ir acomodando el escenario para que la venganza se ejecute con certeza y efectividad. Lo que al parecer sí ocurrió, tal vez logre un día sustento o indicios para este tema.

No, creo que le falta más peso a mis argumentos, con lo cual la comprobación de mi hipótesis queda pendiente, pues no soportaría, por ahora, someterla a la falsación.

Ahora viene la parte del ciudadano que interpuso una demanda y que actuó en función de su actividad laboral en su calidad de funcionario público, con el cargo de Presidente de la República. Al parecer usó bienes y recursos del Estado para difundir su verdad del juicio, claro que este caso definitivamente fue archivado por el actual Fiscal General, también exfuncionario del régimen.

Por demás evidente fue el día en que los nuevos jueces rechazaron el recurso de casación interpuesto por la defensa, que estuvo en la audiencia tal vez medio gabinete presidencial acompañando al Mandatario ecuatoriano. Desde lo que pude mirar en la televisión de la transmisión de canales privados, gubernamentales y públicos, el poder político del Ecuador estuvo frente (literal) a los jueces que debían decidir sobre una causa particular.

Entonces si es que no fue la venganza la que motivo a Rafael Correa a demandar a Emilio Palacio y El Universo, pudo –otra hipótesis– haber sido para demostrar que los medios de comunicación que no son afines a las líneas editoriales del gobierno nacional podría sufrir este tipo de demandas, pues no es desconocido que el diario tiene una larga trayectoria y que de alguna manera ha logrado posicionarse en el mercado de la influencia pública, que tal vez sea un espacio que el Gobierno lo quiera.

Creo que no tengo sustento para esta otra hipótesis: Rafael Correa intenta amedrentar a los medios de comunicación no alineados a sus intereses de orden ideológico, de tal manera que abandonen el periodismo para entrar en una fase de relaciones públicas y parte de la propaganda electoral, para que le permita llegar a una nueva reelección.

Por ejemplo, ¿cómo logro demostrar que los periodistas estamos atemorizados cuando se trata de investigar un desliz gubernamental que afecte la imagen del Presidente y su sistema de gobierno? ¿Cómo logro demostrar que muchos medios de comunicación temen difundir información para no perder las canonjías de la publicidad gubernamental?

Por cierto y las otras funciones del Estado Ecuatoriano: la Asamblea Nacional por coincidencia recién terminó su vacancia legislativa y se supone que deberá aprobar la que sería la Ley de Comunicación, no ha se ha pronunciado, me refiero al cuerpo colegiado y no a quien hace de represente; la Función de Transparencia y Control Social creo que no se ha pronunciado y está concentrada en sus concursos; la Función Electoral ya presento un nuevo escenario con base en las, también polémicas, reformas al Código de la Democracia, con lo cual ya tenemos las nuevas fechas para regresar a las urnas, votar y tal vez esperar que ocurra lo mismo a lo que se le ha llamado la fiesta democrática; la Función Judicial creo que ya no existe, pues ahora actúa el Consejo Transitorio de la Judicatura.

Tal vez encuentre nuevos argumentos para sustentar mis hipótesis leyendo, viendo y escuchando exclusivamente las argumentaciones que presenten los productos de relaciones públicas gubernamentales.




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