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29 de octubre de 2025

Remembranzas de la IV Promoción de PUMAS

Las acciones de un soldado no se recuerdan por el fusil que porta en su brazo, sino por el trabajo, la lealtad y la vocación de servir a su patria.

Por: José Alejandro

Para entender los orígenes de la II promoción de soldados graduados en el año 1985, me permito hacer un pequeño recuento sobre la historia del Grupo de Fuerzas Especiales 111 Rayo.

Formación del primer pelotón del IV curso de PUMAS.

A partir de las acciones militares de 1981 durante el conflicto bélico de Paquisha sostenida con el Perú, el alto mando militar ecuatoriano a través del Comando Conjunto FF.AA y luego de una serie de análisis estratégicos decide crear una unidad elite de Fuerzas Especiales integrado por personal tanto de oficiales como de tropa de las tres Fuerzas: Ejercito, Marina y Fuerza Aérea.

El el jueves 9 de septiembre de 1982, mediante Decreto Ejecutivo Reservado No. 63, se crea el Grupo de Fuerzas Especiales 111 Rayo, con su base junto al cuartel Quinto Guayas, en la ciudad de Guayaquil; donde inicialmente se formó una promoción de oficiales y otra de tropa, con la conducción de instructores israelitas, bajo la denominación de CURSO DE PROPÓSITO ESPECIAL PUMAS. 

El Comando Conjunto ante la necesidad de contar con personal idóneo que cumpla con las características y la exigencia del entrenamiento del curso de Pumas, luego de una serie de estudios basados en las experiencias vividas en los cursos anteriores, toma la decisión de convocar y reclutar directamente a jóvenes ciudadanos para iniciar una fase de militarización de tres meses e incorporarlos a las Fuerzas Armadas distribuidos en las diferentes Fuerzas con el alta de Soldados, Tripulantes y Aerotécnicos.

Es así que, en mayo de 1985, un grupo de ciudadanos cuyas edades fluctuaban entre los 18 a 20 años y luego de haber cumplido el proceso de selección, nos alistábamos hacia la aventura de pertenecer a las Fuerzas Especiales, unos con la experiencia de haber pasado el servicio militar, otros unos ciudadanos que no sabían nada de la milicia a los que llamábamos “los civiles” y durante el curso los instructores los apodaron sarcásticamente "Grupo SWAT".

La etapa de reclutamiento se realizó tanto en Guayaquil como en Quito; los de Guayaquil se incorporaron directamente en las instalaciones del GFE 111 Rayo, mientras que los reclutados en Quito, nos concentramos en el antiguo cuartel Vencedores (Av. De la Prensa) y luego nos trasladaron en bus a la ciudad de Guayaquil para incorporarnos y alojarnos en las instalaciones de GFE 111 Rayo.

El sábado 18 de mayo de 1985, a los dos grupos de 500 aspirantes cada uno, nos unieron y nos alojaron en un galpón amplio que servía de dormitorio para unas 200 personas, la mayoría de las literas estaban ocupadas por el personal que se reclutó en Guayaquil, a la mayoría del resto nos tocó acomodarnos en el piso con sleepings.

La hora de la verdad había llegado, empezó el II curso de Militarización bajo el mando del señor TNFG-IM Aland Molestina como Jefe de Curso, cuyo entrenamiento se caracterizó por un arduo acondicionamiento físico alternado con largas caminatas diurnas y nocturnas cargados y equipados e incluso cargando un herido simulado.

El hostigamiento era permanente tanto en el día como en la noche por parte de los señores instructores, los mismos que siempre nos arengaban con freses alusivas tales como: muchos los llamaos pocos los escogidos, no son merecedores ni del aire que respiran ni de la comida que se comen, hasta aquí te trajo el rio y de aquí no vas a pasar, recluta mañana te quiero ver salir de la garita y no me regresas más, etc., etc. 

Con el pasar de los días nos íbamos dando cuenta que estábamos comprometidos en una misión de alto nivel, con rendimiento físico y psicológico, que ningún ciudadano común y corriente podría soportar, donde el manejo de las armas con los entrenamientos tácticos y operativos eran todos reales. Nos estaban preparando para entrar en otro tipo de entrenamientos más especializados.

Al término del primer mes el galpón donde dormíamos estaba un 50 % vacío, la mayoría de los aspirantes pese a su gran esfuerzo no soportaron las condiciones requeridas por el curso, se abandonaron y voluntariamente se fueron retirando.

A pesar de todas las dificultades y el arduo adiestramiento, en poco tiempo habíamos asimilado la instrucción y nos habíamos convertido en unas verdaderas máquinas de guerra, haciendo alusión al lema inmortal de los Pumas que textualmente dice “AGILES COMO EL FELINO, DUROS COMO EL ACERO, CABALLEROS EN LA PAZ Y DEMONIOS EN LA GUERRA”.   

Entonces el jueves 1 de agosto de 1985, luego de largos tres meses de un riguroso entrenamiento 130 intrépidos aspirantes logramos alcanzar uno de los primeros objetivos, culminar con éxito el II curso de militarización del Grupo de Fuerzas Especiales 111 Rayo, los mismos que fuimos integrados a las Fuerzas Armadas distribuidos de la siguiente manera: 29 al Ejército, 37 a la Marina, 64 a la FAE y a su vez dados de alta según Orden General como Soldados, Tripulantes y Aerotécnicos respectivamente.

Para esa época, el entrenamiento se lo hacía con el "verde fatiga", pues únicamente quienes superaban los cursos de Fuerzas Especiales estaban autorizados para usar el uniforme camuflaje.

El domingo 8 de septiembre, por la noche y luego de unas cortas “vacaciones”, todos los 130 soldados graduados iniciamos otra aventura, más fuerte y rigurosa; realizar el IV curso de Pumas, con una duración de 6 meses; el mismo que estaba conformado por personal de las tres Fuerzas tanto de oficiales como de tropa y de diferentes promociones. Luego de un riguroso y amplio entrenamiento el viernes 28 de febrero de 1986 logramos culminar el curso de PUMAS.

Una vez terminado este entrenamiento especial, de la misma manera y con el mismo entusiasmo todos los soldados de la II promoción 1985, fuimos considerados para realizar el curso de paracaidistas en la Brigada de Fuerzas Especiales No. 9 Patria, llegamos y se formaron dos grupos: uno de Comandos y otro de Pumas, todos integrantes de la XCV promoción de paracaidistas, logrando culminar con éxito el sábado 26 de abril de 1986.

Foto oficial de fin del curso de paracaidismo en la 9 BFE en la Latacunga

Parte de esta preparación especializada fue también la cumplimos en la Escuela de Selva de la Amazonia. Con esto completamos el desarrollo de capacidades, destrezas y habilidades para cumplir la misión PUMAS en espacios acuáticos, aéreos y terrestres.

Cabe resaltar que durante estos cursos la disciplina, la capacitación, el entrenamiento y la responsabilidad eran mucho más exigentes, lamentablemente algunos compañeros por situaciones diversas no pudieron culminar los mencionados cursos. A partir de esa fecha, por fin pudimos lucir con orgullo el camuflaje, además de la Boina Verde de PUMA y la Roja de Paracaidista.

En 1988, el alto mando militar previa coordinación con las diferentes Fuerzas y el Gobierno de León Febres Cordero, toman la drástica decisión de desintegrar al GFE 111 Rayo, y a sus integrantes incorporarlos a cada una las Fuerzas a las que pertenecían.

Una vez incorporados a las Fuerzas, la II Promoción de militarización del GFE 111 Rayo, más conocida como promoción de soldados de 1985, ha demostrado el alto grado de profesionalismo que los instructores nos supieron inculcar, destacándonos tanto en el ambiro militar, cultural, social y deportivo, dejando en alto el buen nombre de la promoción, haciéndonos merecedores al respeto, consideración y estima de nuestros superiores y subordinados, durante toda la trayectoria de nuestra cerrera militar.

En el conflicto de alto Cenepa de 1995, la mayoría de los integrantes de promoción 1985 tuvimos la oportunidad histórica de defender desde diferentes ámbitos nuestra heredad territorial, destacándonos por los conocimientos tácticos y operativos, lamentablemente tuvimos la baja en combate de dos compañeros (el mocho Solís y el cabezón Villacis).

Parece que fue ayer aquel día que nos graduamos, pero ya han pasado 40 años, unos cuantos compañeros se han adelantado y han partido hacia el infinito por diferentes motivos, los que quedamos estamos bordeando los 60 años de vida y retirados de las actividades militares, pero como pensionistas continuamos con el mismo espíritu de ayer, por lo que hoy nos hemos reunido una vez más para revivir y compartir las anécdotas vividas junto con nuestras dignas familias, además de conformar una Hermandad PUMA.

Luego del retiro militar, una vez cumplida la misión, pasó un tiempo en el que muy poco se conocía de la existencia del resto de la promoción, ante esta situación un grupo de compañeros tomamos la iniciativa de realizar un reencuentro de la promoción logrando hasta el momento realizar 7 rencuentros, los mismos que me permito detallar de la siguiente manera:

En el año 2018 se realiza el PRIMER rencuentro en la ciudad Quito, en el club de Tripulantes de la Armada, cuyo comité organizador estuvo a cargo de los compañeros: Jaime Curay, Antonio Reina, Luis Gonzales, Edwin Minda y José Alejandro

En el año 2019 se realizó el SEGUNDO reencuentro en la ciudad de Manta, cuyo comité organizador estuvo a cargo de los compañeros: Edison Miño, Raúl Zabala y Segundo Pazmiño.

En el año 2020 se realiza el TERCER reencuentro en Nanegal, cuyo comité organizador estuvo a cargo de los compañeros Edison Miño y Joel Coronel.

En el año 2022 se realizó el CUARTO reencuentro en la ciudad de Esmeraldas, cuyo comité organizador estuvo a cargo de los compañeros: Néstor Manjarrez y Alejandro Medrano

En el año 2023 se realizó el QUINTO reencuentro en la ciudad de Guayaquil, cuyo comité organizador estuvo a cargo de los compañeros: Juan Maila y Luis Vinueza.

En el año 2024 se realizó el SEXTO reencuentro en la ciudad de Baños de Agua Santa, cuyo comité organizador estuvo a cargo de los compañeros: Antonio Reina, Luis González y Pedro Zamora.

En el año 2025 se realizó el SEPTIMO reencuentro en la ciudad de Santo Domingo de los Shachilas, cuyo comité organizador está a cargo los compañeros: Domingo Rúales, Joel Coronel, Luis Vinueza y Byron Sosa.

Que Dios con su infinita misericordia nos proteja para seguir reuniéndonos y disfrutar de estos gratos momentos de integración, amistad y camaradería, sobre todo de Hermandad.

A nombre de todos los que conformamos la promoción de soldados de 1985, permítanme expresar las más sinceras felicitaciones a los compañeros de las distintas comisiones organizadoras de los reencuentros, por su valioso tiempo y esfuerzo dedicado en la planificación, organización y ejecución de cada evento.

A estas fechas ya estamos preparando el Octavo Reencuentro que se cumplirá el Salinas, en memoria de la fase de toma de playas que fue parte de nuestro entrenamiento; aunque específicamente el campamento estuvo instalado en Capaes.

A nuestras familias, de manera especial a nuestras queridas esposas pilares de nuestros hogares, quienes supieron comprender y tolerar en todo momento las vivencias de nuestra carrera miliar.

A nuestros instructores, gracias a sus arengas, enseñanzas, conocimientos y destrezas impartidas, lograron hacer de nosotros unos hombres honrados fuertes y valerosos útiles a la Patria y a la sociedad. 

Y por último recordarles a todos, que los PUMAS somos una gran familia, UNIDOS PARA LUCHAR Y TRIUNFAR, Y QUE MIENTRAS SANGRE FLUYA POR NUESTRAS VENAS, ALTIVOS Y SAGACES SEREMOS, SIEMPRE LISTOS EN TODO LUGAR.

Brindis a cargo de José Alejandro


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