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4 de septiembre de 2025

Tácticas para evadir responsabilidades políticas

La responsabilidad política es un bien público.

Cada día tal cual ha ocurrido desde que la humanidad tiene memoria, la Comunicación Política se ha perfeccionado aunque con otros nombres, pero en el fondo mantiene sus fines lícitos o propósitos inmorales. Cuento esto por una experiencia autodidáctica que empezó con ¿La argumentación jurídica de la defensa es un método práctico para generar tácticas de comunicación política evasiva?

Tomado de eldiabloestaenlosdetalles.es

Empezó hace pocos días cuando leí que el Pleno de la Corte Nacional de Justicia de Ecuador aprobó el Precedente Jurisprudencial Obligatorio: la declaración de parte del actor no constituye, por sí sola, un medio de prueba idóneo y suficiente para acreditar los hechos afirmados en la demanda en material laboral; no tengo formación de abogado pero me interesan los temas judiciales porque es parte de la realidad diaria así que me puse entender ese precedente: 

¡¡BOOM!! explotó en mi cerebro: estaba leyendo tácticas de comunicación política evasiva. Uno de los fragmentos de la explosión abrió un boquete que me indujo a convertirlo en una puerta tridimensional en lo que es esta disciplina de la Ciencia Política.

La primera traba fue que la expresión "comunicación política evasiva" no es de uso común sin que ello implique que no exista ni que no sea usada; así que escarbando un poco llegué a un supuesto que se convertiría en el referente de este post: 

La técnica para esquivar las responsabilidades políticas se nutre de la comunicación política evasiva y esta a su vez requiere del manejo de cuatro expresiones tácticas:
"Ad hominem"
"Non liquet"
"Exceptio"
"Victimismo"

Vamos a los detalles

Lo primero y en síntesis por que hay material para un sinfín de párrafos en la explicación de cada una de las tácticas jurídicas que forman parte de la comunicación política evasiva que, de una u otra forma, permiten al político desviar la atención de los hechos que le son perjudiciales, de eludir responsabilidades y manipular la narrativa a su favor, ya sea atacando al adversario, dejando temas sin resolver, usando tecnicismos o apelando a la empatía mediante el victimismo.

1. La comunicación política evasiva se refiere a la práctica de funcionarios o candidatos de usar respuestas vagas, dobles discursos o argumentos elusivos para evitar tomar posturas claras sobre temas específicos, con el objetivo de obtener beneficios personales bien sea frente a los ciudadanos o para no alienar a ningún segmento de la población o eludir sus responsabilidades en el ejercicio de un cargo público. (academic.oup.com)

2. La figura jurídica "Exceptio non adimpleti contractus" se refiere a una defensa legal en la que una parte alega que no está obligada a cumplir el contrato porque la otra no ha cumplido lo que le corresponde; esto trasladado a la comunicación política, por ejemplo, podría ocurrir cuando un alcalde acusado de no convocar a una asamblea cantonal estipulada en una ordenanza se defiende acusando a los ciudadanos de no estar interesados en el participar. En definitiva, se traduce en desviar la discusión hacia tecnicismos para evitar responsabilidades.

3. Non liquet que literalmente significa "no está claro" bien podría usarse en contextos cuando el demandado evade responder directamente a los hechos, dejando la cuestión sin claridad sobre lo que se le imputa; aunque menos común en la política moderna, esta expresión implica evadir una respuesta directa sobre los hechos. Un funcionario podría usar esta táctica para mantener ambigüedad y no comprometerse con una postura clara que, al exponerla públicamente, generaría en los ciudadanos una sensación de indescifrable y por tanto que desistan de tomar posturas o generar críticas. 

4. "Ad hominem" que no es un término jurídico procesal, pero en un sentido amplio y más coloquial tanto en el derecho como en redes sociales virtuales, es un ataque que implica dirigir la crítica hacia la persona acusadora en cuanto a su credibilidad, carácter, pasado o relaciones sociales, en lugar de refutar los argumentos o hechos; esto podría aplicarse si el demandado se enfoca en deslegitimar a su contraparte sin abordar el centro de la acusación. En política es uno de los recursos más usados para desviar la atención ciudadana hacia otros datos que podrían ser más escandalosos pero sin tener la capacidad de sustentarlos o generando "entretenimiento" crítico mediático.

5. Victimismo como estrategia política está sustentada en el imaginario de que se está cometiendo un delito en su contra y que consiste en presentarse como víctima de injusticias, pintando al oponente como opresor o acreditándole ataques para ganar simpatía pública, también para desviar críticas o consolidar apoyo entre seguidores, ciudadanos y hasta en el mundo del periodismo. Por ejemplo, un funcionario de elección popular podría alegar que es blanco de una "persecución" para evitar responder a las acusaciones concretas sobre sospechas de su proceder ilegal, apelando a las emociones del público en lugar de ofrecer pruebas que desmientan los hechos y esto acompañado o de amenazas o de denuncias en el sistema judicial.

¿Y si abusamos del victimismo y el Ad hominem?

La comunicación política es un campo de batalla con ataques y respuestas, reacciones y emboscadas, por ello quien trabaja generando estrategias evasivas debe estar preparado y entrenar a su "defendido" para que su actuación sea verosímil porque del otro lado también hay profesionales que saben hacer lecturas detalladas del teatro de operaciones detectando las fallas y contratacar con mayor efectividad. 

Por tanto si bien el victimismo en la gestión pública puede generar apoyo inmediato al movilizar emociones, su uso excesivo o injustificado corre el riesgo de erosionar la credibilidad del funcionario que lo emplea, porque cuando se recurre constantemente a presentarse como víctima o multivíctima sin abordar los hechos de fondo del que se le acusa en lugar de exponer argumentos sólidos, el truco se va develando poco a poco hasta convertirse en un incontrolable alud de críticas ciudadanas.

(NdelE) Multivíctima: quien se siente y expone que es agredido por diferentes personas a las que increpa con supuestos delitos individuales; a cada demandante sobre un mismo caso le asigna una amenazante acusación informal.

Esto puede polarizar aún más el discurso político, ya que fomenta narrativas de "nosotros contra ellos" y dificulta el diálogo racional; en contextos democráticos, el victimismo, como un recurso inmoral, puede debilitar la confianza en las instituciones si el público percibe que se usa para manipularlo en lugar de resolver los problemas reales.

Del otro lado tenemos la contra parte del ataque político Ad hominem, pues usarlo de manera inconsciente genera la destrucción de la posibilidad de un debate racional sobre temas de interés público y que ese mismo público perciba la persistencia de no abordar los problemas de fondo, considerando que el funcionario al desviar la atención no está asumiendo la responsabilidad de sus actos u omisiones que han afectado la fe pública o derivaron en un delito. Se suma a esto el fortalecimiento de sensación de impunidad.

El abuso de Ad hominem puede ser contraproducente si los ciudadanos perciben que se evade la responsabilidad, intensificando el escrutinio público y mediático.

¿Y así quieres que te crea?

Ahora voy a tomarme la licencia de adaptar un texto del politólogo Decio Machado (@DecioMachadoF) sobre los errores gubernamentales a las tácticas de Comunicación Política Evasiva:

Si bien es cierto que todo acto político es una representación, lo cual implica que la actividad política se desarrolle en permanente dramatización y somete a los gobernantes a un continuo ejercicio de actuación interpretativa, la sobre-dramatización de los conflictos políticos, pese a ser una herramienta de coyuntura útil para disimular los fracasos de la gestión pública y hacer un llamado a filas alrededor de la máxima autoridad, conlleva graves consecuencias.

Como estrategia es dañina, pues al interpretar las diferencias políticas como resultado de un enfrentamiento bíblico entre el bien y el mal, refuerza la ya muy atrofiada visión existente de la realidad y como todo acto de reafirmación le impide al gobernante corregir sus errores de gestión; por tanto; el resultado puede resultar catastrófico, pues más allá del poder de la narrativa, la piedra angular que sustenta toda imagen política de sólida eficiencia y transparencia es hacer que los hechos hablen por si mismos.

Y un aporte desde mi perspectiva y claro, también, usando otra práctica democrática. En algunos contextos, la sobre-dramatización de los conflictos políticos se podría relacionar con el Teatro Social, una disciplina que busca estimular la participación y la búsqueda de soluciones, pero llevado al extremo político podría desvirtuarse hacia la confrontación. Parte de la práctica de Comunicación Política Evasiva es el desarrollar habilidades y destrezas histriónicas en el funcionario, con el riesgo de que evidencie su verdadera personalidad en momentos críticos de su gestión pública.

Llegó el momento de armar la película

En vista que sigo trabajando para abrir esa puerta tridimensional y que el tema va tomando otros matices más interesantes y peligrosos, tomé la decisión de apoyarme en la Inteligencia Artificial para vislumbrar el teatro de operaciones para desviar la atención de los ciudadanos sobre los conflictos que merman el capital político del funcionario.

Así que luego de pasar revista y hacer las revisiones editoriales del caso a la construcción digital de este proceso, el contenido quedó así:

Para crear narrativas de comunicación política evasiva se utilizan técnicas como el storytelling transmedia, que expande el relato por diversos medios y plataformas para involucrar a los ciudadanos como "prosumidores", y el uso de lenguaje persuasivo, seleccionando "palabras virtuosas" para asociarlas con personas o hechos positivos, así como la simplificación de ideas y problemas para hacer los mensajes más comprensibles y resonar con el sentido común. 

(NdelE) Prosumidores: concepto acuñado por Alvin Toffler  con el que establece al individuo o entidad que consume y a la vez produce bienes, servicios o contenido, uniendo los términos "productor" y "consumidor"; es decir y respecto al tema central de esta proyección, el público que consume noticias sobre un hecho político genera un contenido editorial que se convierte en parte la noticia. 

Procedo entonces a la ampliación de estas técnicas distractoras que, obviamente, tiene sus riesgos:

Storytelling transmedia: construcción de un relato que se desarrolla y expande a través de múltiples plataformas (televisión, radio, redes sociales, aplicaciones móviles) y formatos, convirtiendo a los ciudadanos en "prosumidores" que participan en la creación de nuevos contenidos relacionados con el tema principal de la campaña distractora.

Simplificación de ideas y problemas: Los problemas complejos se presentan de manera simplificada para que el mensaje sea más fácil de entender y para que la audiencia lo pueda asimilar de forma rápida y, a mismo tiempo se crean productos "amigables" con la imagen del funcionario.

Uso de palabras virtuosas: en estas narrativas se incorporan palabras con una carga positiva para la audiencia, como "liderazgo", "seguridad" o "justicia", con matices de transparencia, humildad y humanidad asociándolas a la imagen del funcionario o de la causa política para generar una impresión favorable. 

Personalización y encarnación de la ideología: se otorga al territorio de influencia de características humanas (personificación) y se presenta al funcionario como la encarnación de la ideología o doctrina política o aspiración personal, fortaleciendo su imagen y conexión con los ciudadanos. 

Refuerzo social: se busca crear la percepción de que los problemas están prácticamente resueltos, invitando a los ciudadanos a unirse a la causa para sentirse parte de un movimiento con futuro. 

Narrativas de héroes y villanos: es fundamental el diseño de personajes, tramas y escenarios que configuran un guion cinematográfico en el que se presentan héroes (quienes apoyan al funcionario) y villanos (la oposición), transformando intereses particulares en intereses generales para la audiencia. 

Estas técnicas para que sean efectivas no pueden estar sueltas o ser productos individuales, se requiere articularlas para crear un verdadero guion cinematográfico para el entretenimiento político de los ciudadanos. Entonces el proceso va de la siguiente manera: 

Definición de temas clave: se identifican los temas centrales que el funcionario quiere resaltar, tomando como punta de lanza "su proyecto estrella", que se convierten en la base para la construcción de las narrativas en los diferentes medios.

Adaptación del mensaje: Los mensajes se adaptan a cada plataforma y audiencia, pero manteniendo la coherencia del tema principal de la campaña; dicho en otras palabras convertir al comic en una radionovela y esta a su vez en una película y generar los trailers para redes sociales virtuales.

Participación ciudadana: se fomenta la participación de los ciudadanos, no solo en comentarios, sino en la producción de contenidos que extiendan y validen las narrativas propuestas por la intención política, implica esto generar los espacios de conversación con los ciudadanos bajo la política "de puertas abiertas". 

Inducción a los defensores de marca: en esta línea se presentan dos aristas de trabajo para distribuir las directrices de ataque y narrativas a usar: con los ciudadanos que han sido coaptados para apoyar al funcionario a cambio de dádivas y ofertas de beneficios, en lo que se conoce como el "Comité de aplausos", además de la incorporación de otros funcionarios del nivel jerárquico superior; y, al contratista que administra las cibertropas, trolls y granja de bots.

¿De qué me sirve esto y cómo otros lo pueden usar?

Estos tres últimos párrafos los escribo a manera de conclusión, pues mi intención es ampliar la visión sobre la información que irremediablemente consumo ante mis necesidades profesionales y en apoyo a mis observaciones sobre el accionar de la gestión pública en el lugar en que resido. en contraste con los anuncios oficiales; lo narrado en esta entrada me vuelve más crítico y menos emotivo ante las narrativas institucionales frente a los inconvenientes que impiden mejorar mi calidad de vida.

Del otro lado, es un aporte a la sociedad en lo que podría llamarse educación informativa frente a la ola de datos que los funcionarios emiten sin mayores sustentos en el ejercicio de sus laborares contractuales, bien sean por designación o elección popular; también pueda que sirva para quienes emplean su tiempo en el control social y deban enfrentar discursos amenazantes de quienes ostentan el poder político. Y, quizás, mi post contenga información de utilidad práctica para mis colegas periodistas y profesionales de buena fe en Comunicación Política.

En definitiva y parafraseando los argumentos del precedente jurisprudencial, las declaraciones mediáticas de un funcionario acusado formalmente de una irregularidad no constituye, por sí sola, una evidencia idónea y suficiente para acreditar los hechos afirmados en su defensa; si en ese relato anecdótico se incluyen aseveraciones de tipo Ad hominem, Non liquet, Exceptio y de victimismo, estaría mostrando sus intenciones políticas de evadir responsabilidades de un hecho irregular o inmoral o ilegal o todos juntos. 

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